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Lo más irónico es que el intendente recién electo de la comuna, Lucas Lanzoni (PLRA), vive a metros del sitio. No puede alegar desconocimiento de la problemática porque los habitantes le han hecho llegar los reclamos en repetidas ocasiones, pero no hace nada al respecto, indican los pobladores.
Expresaron a nuestro medio que lo que motiva sus quejas no es la existencia del local en sí, sino las fuertes imágenes - sonidos - y comportamientos a los que están expuestos sus niños. El negocio de las trabajadoras sexuales funciona desde hace dos años, pero, según relataron los vecinos, solo de un tiempo a esta parte las conductas se hicieron mucho más “abiertas”.
La más afectada es la familia que vive en la casa contigua a esta “casa de citas”. Según denunciaron vecinos cercanos, ya se les hace insostenible dormir por las noches, debido a la música, y ruidos y gritos propios de un sitio como este, que distorsionan por completo el ambiente familiar del barrio, acotaron.
Según trascendió, en la vivienda que referimos habita una joven madre con su hijo de 6 años. Debido a la corta distancia que separa a las viviendas, la ventana de la habitación del niño se encuentra a metros de donde las mujeres mantienen encuentros sexuales con sus clientes. Varias fueron las ocasiones en que esta madre tuvo que sacar a las corridas a su hijo y llevarlo a dormir a otro sitio, para evitar que el menor vea imágenes que lo podrían afectar gravemente.
La madre del niño tuvo además que acercarse al portón del “negocio” y pedirles a las señoritas que cerraran la ventana, pues el niño estaba presenciando todo lo que ocurría en el interior de la habitación vecina.
El temor a denunciar y a ser identificados por parte de los vecinos se debe principalmente a que la propiedad donde se encuentra ubicado el prostíbulo pertenece a una abogada. Los pobladores creen que esta mujer podría tener cierto poder y contactos claves con las mismas autoridades que permiten que el local siga funcionando.
Hace un año, un grupo de vecinos se había acercado hasta la Municipalidad de Ñemby a denunciar la incómoda situación que están pasando, pero sus reclamos fueron ignorados. También consideraron la posibilidad de ir a la Fiscalía, pero finalmente desistieron, por temor. “Se dicen muchas cosas con respecto a las personas que autorizan que ese prostíbulo funcione”, dijo una de las vecinas.
Los episodios de violencia verbal también se hicieron presentes varias veces. Sobre todo cuando los vecinos pierden la paciencia con los constantes escándalos nocturnos y se acercan a reclamar a la casa. “A mi vecina le gritaron, no le permitieron hablar. Después le rompieron el auto”, cuenta uno de los pobladores que se acercó a nuestro equipo periodístico.
Como se mencionó, el intendente de la ciudad, Lucas Lanzoni, vive a media cuadra del prostíbulo, y pese a eso no ha hecho nada por darle una solución al problema por el que pasan quienes, además de ser sus vecinos, son ciudadanos con quienes adquirió un compromiso al ser electo, reclaman.
Hace no mucho tiempo, Lucas Lanzoni le respondió un mensaje de texto a una de las vecinas, en el que le decía que “le avergonzaba la situación”, y que hablaría con la Fiscalía para que actuara de oficio, pero jamás se volvió a comunicar con los pobladores.
Otro punto que suma a la lista de ironías: Cada noche, varios policías, a bordo de sus patrulleras, frecuentan la casa de las señoritas, pero no precisamente para hacer una intervención y detener los escándalos.
Los vecinos no saben exactamente quiénes ni cuántas son las personas que habitan la casa, pues las señoritas no se relacionan mucho con los pobladores. Por lo poco que pueden ver, estiman que se trataría de cinco mujeres, más una dama mayor que sería una especie de “patrona” de las demás.
Hace como un año, los vecinos vieron indignados como una menor ingresó a la vivienda y se mantuvo allí por casi dos semanas. No pueden asegurar que la joven haya realizado el mismo trabajo que las otras, pero presumen que sí.
“Las chicas salen a la calle con poca ropa. Yo tengo una adolescente de 12 años, me quebranta que esté viendo esas cosas. Una vez recurrí a la Municipalidad, me dijeron que tenía que llevar mi fotocopia de cédula, mucha burocracia hay. Ahí ya suspendí todo porque no quiero que se sepa que soy yo la denunciante”, declaró a nuestro medio otra vecina de la zona.
Por otra parte, un poblador pidió que se le consultara al intendente “quién autorizó que funcione este tipo de negocio, qué documentos tienen que los respaldan para que estén de esta forma en un barrio familiar”.
ABC Color intentó por todos los medios trasladar la denuncia de los vecinos al jefe comunal de Ñemby, pero Lucas Lanzoni no contestó a nuestros numerosos llamados y mensajes de texto.