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Son ejemplos doña Gabina Borda de Ávalos y sus hijas Cecilia y María Rosalba Ávalos, quienes moldean la arcilla y cortan los adobes para luego quemarlos en el horno. De esta forma, mejor que los varones, fabrican ladrillos de la mejor calidad.
Gabina Borda de Ávalos es presidenta de la Asociación de Oleros del barrio Yataí. Ella dirige a un grupo de fabricantes de ladrillos. El objetivo es mejorar la calidad de los materiales, unificar las medidas y aumentar la venta.
Borda de Ávalos tiene su propia olería en Yataí, situada en el sector norte del radio urbano de San Juan Bautista, Misiones.
En una entrevista, ella expresó que fabrica ladrillos desde hace 15 años, con la ayuda de sus hijas e hijos, ya todos adultos. También le ayuda su marido, Víctor Ávalos, quien cuenta con su propia olería en el mismo barrio.
Pero doña Gabina trabaja especialmente con sus hijas Rosalba y Cecilia, quienes ponen todo el empeño en la fábrica para ganarse el sustento diario. Asimismo, señaló que, además de ama de casa, pudo formar a sus nueve hijos. “Algunos lograron estudiar y otros no”, dijo.
De cualquier manera, ella abrazó la carrera de su marido y se dedicó de lleno al trabajo en la olería.
La quema de adobes en los hornos se realiza cada 15 días y la cantidad oscila entre 12.000 y 15.000 ladrillos.
Doña Gabina se quejó de que el mercado local esté abarrotado por ladrillos que se traen de otros lugares. Añadió que su objetivo es vender el producto a los constructores del distrito y aumentar el ingreso familiar.
Tres mujeres que son ejemplo de vida, de esfuerzo, dedicación y -más que nada- de humildad y de honestidad.