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La semana pasada fueron descubiertos varios ciervos de pantano muertos en zonas de arrozales de Ñeembucú. La denuncia de la mortandad de animales fue realizada por el señor Ramón Díaz, capataz de la estancia Animé S.A., propiedad del exministro de la Corte Víctor Núñez. Díaz estuvo acompañado del concejal liberal de Villa Oliva, Antoliano Aquino.
A raíz de la denuncia, que fue realizada el pasado sábado 7 de marzo, este jueves llegaron hasta el lugar los asistentes fiscales Jorge Encina y Daniel Pérez, de la unidad de Delitos Ambientales de Pilar, acompañados del licenciado Derlis Álvarez, técnico ambiental que fue desde Asunción. El técnico indicó que los animales están ya en alto estado de putrfacción por lo que ya no se tomaron muestras, pues dijo que en esas condiciones será muy díficil determinar la causa de muerte.
Cuando la comitiva fiscal se retiraba, alrededor del mediodía de este jueves, llegaba al lugar una comitiva de la Secretaría del Ambiente, a cargo del funcionario Edgardo López, y al ser consultados sobre los trabajos que harían, se negaron a hablar y se alejaron, informó el corresponsal de ABC Color, Higinio Ruíz Díaz.
La denuncia de pobladores de la zona y del concejal Aquino es que los animales están muriendo por el rociado de la zona con el fin de preparar el suelo para plantación de arrozales. Según la denuncia se rocía la zona de los humedales y se está contaminando el agua y el suelo.
Hace pocos días en la propiedad colindante, una estancia de aproximadamente 17.000 hectáres propiedad del ingeniero Ignacio Heisecke, se realizaron trabajos de fumigación en la zona. El corresponsal contactó con Heisecke quien reconoció que se hicieron trabajos de fumigación con glifosato -un secante- para preparar la tierra, pero negó categóricamente que eso haya podido causar la muerte de los animales, y agregó que en su estancia tienen ganado vacuno y esos animales no sufrieron ningún daño. Señaló que podría ser alguna peste la que mató a los ciervos.
Lo concreto es que al menos la Fiscalía no podrá determinar la causa de muerte y no se sabe qué trabajos hizo la SEAM en el lugar. Otro dato llamativo, es que la empresa encargada de hacer el rociado en la propiedad mencionada, supuestamente llevó las cabezas de los ciervos para dárselos a la bióloga de la firma, aunque no se sabe con qué fines, informó Ruíz Díaz.