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El obispo de Misiones y Ñeembucú, Monseñor Pedro Collar Noguera, pidió a los fieles animar y solidarizarse con los castigados por los últimos fenómenos climáticos. Con el mensaje "ñañopytyvóke opa araite", la autoridad eclesiástica se dirigió a través de una carta circular emitida a los párrocos, religiosos, autoridades civiles, fieles cristianos y personas de buena voluntad.
Después de visitar las comunidades afectadas por la creciente, tormentas y torrenciales lluvias, el obispo expresó su mensaje de esperanza y pedido de solidaridad. “Les presento algunas informaciones recibidas por la Pastoral Social Diocesana sobre las comunidades más afectadas últimamente, donde fueron destruidas muchas casas y cultivos”, manifestó el obispo.
Añadió que los espacios son cada vez más restringidos para el desplazamiento y alimentación de los animales en el campo y en los corrales. A la vez señaló que los pescadores están limitados en sus trabajos.
Collar Noguera mencionó también que las localidades más afectadas son San Javier, distrito de San Ignacio, Ayolas, Yabebvry, Panchito López, Villa Florida, Kokuere, distrito de San Juan, Misiones, Pilar, Isla Umbú, Humaitá, Paso de Patria, General Díaz, Mayor Martínez, Desmochados, Villalbín, Cerrito, Laureles, Guazú Cua, Tacuaras, San Juan Bautista de Ñe´ẽmbucu, Villa Franca, Alberdi y Villa Oliva.
El obispo diocesano expresó preocupación porque unas 7.000 familias fueron desplazadas de sus hogares por las inundaciones. “Esta situación trae también como consecuencias rutas clausuradas, la interrupción del desarrollo normal de las clases en las diferentes instituciones educativas y la proliferación de enfermedades a causa de la humedad y el frío". Estos datos los señaló en base a un manifiesto elaborado por la Pastoral Juvenil en el año 2015.
Agregó que ante este panorama, es importante tener presente que la solidaridad es una virtud cristiana que se mide con las dimensiones del amor. “No es un sentimiento pasajero, sino que hunde profundamente sus raíces en la fe en Dios, Padre de todos, y en Cristo, fuente de la fraternidad universal (San Juan Pablo II, Discurso a los obreros en Chivasso, Italia, 19 III 1990)”.
“Por ello debemos incentivar más los gestos de solidaridad, de una manera inmediata, como ya se está haciendo con la campaña de recolección y distribución de alimentos, agua potable, abrigos, carpas, medicamentos, herramientas de trabajos, entre otras cosas”, dijo el prelado.
Señaló también que se han distribuido semillas a los agricultores para el reinicio del cultivo, así como insumos para el arreglo de caminos, la proyección de rutas de todo tiempo, la reparación de los puentes rotos, la edificación de viviendas en lugares no inundables y la construcción de la defensa costera en las poblaciones castigadas por las inundaciones.
“Juntos podemos superar esta situación de una manera más firme, segura y permanente, para que así todos los habitantes de nuestros pueblos crezcan en dignidad como hijos de Dios y hermanos, superando la pobreza extrema, el desaliento y el aislamiento”, exhortó el monseñor. Agregó que las ayudas se pueden encauzar por medio de la Pastoral Social Diocesana y Parroquial.
El obispo recordó al Santo Padre. “El Papa Francisco dijo en su discurso que es admirable el tesón y el espíritu de superación del pueblo paraguayo para rehacerse ante tanta adversidad y seguir esforzándose por construir una nación más próspera y en paz".
Exhorta a trabajar en comunión
Por otra parte, el obispo de Misiones y Ñeembucú animó a los pastores y fieles; autoridades y ciudadanos a trabajar más que nunca en comunión, unir esfuerzos, coordinar acciones para buscar solo el bien de las familias más necesitadas y en situación de emergencia.
“Miremos nuestro porvenir con esperanza, ofrezcamos lo mejor de nosotros a favor de la vida, de la familia y de la patria, recordando las palabras del autor de la carta a los Hebreos «Animaos unos a otros, día tras día, mientras perdura el hoy»”, expresó en su escrito.