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Sobrevivió al Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando era solo una beba, y tuvo que reconstruir su historia a falta de memorias propias para poder contarla. Durante su visita en el programa Tarde Total de ABC Color Mónica Dawidowicz explica la razón del nombre de su libro “Todos mis nombres”.
“Mis padres me llamaron Rojele Mowszowicz, mi segunda familia me llamó Irina Shipula. Luego en Suecia mi tercer nombre fue Mónica y mi tercer lengua la sueca”, relata.
Agrega que intentó ingresar a Argentina pero en un principio no se lo permitieron, luego un tío paterno la lleva a Uruguay donde la reconoce como su hija y le puso el nombre de Raquel. Así pudo ingresar finalmente a Argentina. “En mis documentos quedó Raquel, pero todo el mundo me dice Mónica”, acota.
Cuenta que sus padres y dos hermanas fueron llevados al gueto en 1941 y aniquilados allí. Solo sobrevivieron dos tíos suyos y su hermana mayor, Esther. Entretanto, ella se salvó gracias a que su padre la hizo pasar por un espacio en el alambrado cuando solo tenía tres meses y se la entregó a una mujer no judía para que la sacara de ahí. “La acción era de aniquilar a todo el pueblo judío, no solo al pueblo judío sino a los gitanos”, subraya.
De su familia apenas tiene algunas fotografías que pudo recuperar luego, puesto que tenían contacto con personas de otros países a quienes le enviaban postales. Sin embargo, de su infancia casi no existen recuerdos físicos, solo una foto de cuando tenía aproximadamente cinco años.
Cuenta que en un principio no se animaba a hablar de su verdadero origen ni con sus amigos por miedo a que sus tíos tuvieran problemas por haberla reconocido como su hija pero una vez que Argentina recuperó la democracia, decidió hacerlo.
“Tomé coraje, tomé fuerza y empecé a dar testimonio. Ese libro salió hace dos años, iba a ser una crónica que me pedían mis hijos. Me dijeron: ‘dejá algo escrito para tus nietos’, pero con las cosas que siguieron pasando en el mundo, las matanzas, dije: ‘esto no pasó solo hace 70 años’, es una cuestión actual”, puntualiza.
“Los sobrevivientes tenemos la posibilidad de que nos escuchen jóvenes, aunque ya seamos pocos, para que los jóvenes puedan decir: ‘yo vi a un sobreviviente, yo lo escuché’. No solo tiene que ver con la historia, tiene que ver con el futuro, tiene que ver con la educación en una sociedad tan violenta como la que estamos viviendo”, añade.
“Quiero dejar un mensaje a los jóvenes de que pueden ayudar y no solo ser indiferentes. Yo no pierdo ni la sonrisa ni la esperanza, creo que el mundo con el tiempo va a ser mejor. Debemos educar para la paz y para la convivencia pacífica”, concluye.
Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes obligaron a los judíos a vivir en los guetos, unas comunidades urbanas cerradas que se mantenían en condiciones deplorables, para así separarlos de la población general. Desde estos barrios fueron llevados a los campos de concentración y exterminio.
Según los datos históricos más de seis millones de judíos murieron en lo que se llamó "el holocausto judío", una persecución impulsada por el régimen nazi, liderado por Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, que culminó con la derrota de Alemania.
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Mónica estará esta tarde en el Museo Judío de Paraguay, ubicado sobre la calle Eligio Ayala y Av. Perú. La entrada es libre y será abierta a todo público.