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Señala que el procesamiento de la soja fue el principal responsable de esa variación, con un crecimiento de 133.011 toneladas en el citado periodo.
No obstante, advierte que esos datos positivos se estarían revirtiendo en lo que resta del 2018, e incluso podría ser inferior a la cantidad de molienda del 2017, debido a que las fábricas dejarán de procesar más temprano que el año pasado.
Refiere que una campaña marcada por la alta demanda desde Argentina por los granos, que generó un aumento en los precios de exportación, impulsó el mayor ingreso de dividas por las exportaciones del complejo soja.
Menciona en ese sentido que entre enero y octubre las exportaciones de soja en estado natural y productos industrializados generaron divisas por US$ 3.311 millones, un 12% más que en el mismo periodo del 2017 y el equivalente al 4,2% de las exportaciones registradas.
En sus comentarios finales expresa que a pesar de estadísticas acumuladas positivas, la industria aceitera afronta una situación de incertidumbre debido a la falta de claridad en las reglas y de incentivos, ya que su actividad está equiparada a la exportación de materias primas.