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De Vargas tomó la palabra durante el acto en que asumieron el nuevo comandante de la Policía Nacional, Críspulo Sotelo, y el subcomandante, Luis Mareco, quienes reemplazan a Francisco Alvarenga y a Carlos Domínguez, respectivamente. La barrida en la Policía Nacional se produce tras estallar el escándalo de corrupción relacionado con dinero que debía ser destinado a compra de combustible.
“Quiero darles un mensaje muy particular (…) Los cargos tienen una misión, que no son una oportunidad para satisfacer los beneficios personales y egoístas”, manifestó el ministro al inicio de su alocución, ante las nuevas cabezas de la Policía Nacional y los salientes. “Es justo que la sociedad nos exija; el cambio debe partir de nosotros mismos”, dijo.
Para el ministro, estos cambios son “un proceso doloroso pero necesario”. Prometió luego que serán “implacables” con los que “ven el cargo como una oportunidad para llenarse los bolsillos”. Así también, se refirió a la complicidad que existe entre los mismos uniformados en este tipo de casos. “No es fácil denunciar y encarar (…) El paraguayo no sabe comprender el concepto de complicidad. Cree que por estar en conocimiento de un hecho punible pero no participar está exento. Aquel que conoce y no denuncia es tan responsable como el que hace. Voy a estar del lado de los policías que sepan entender esto”, manifestó el secretario de Estado.
Los cambios oficializados hoy también implican dejar de lado a dos remesas completas con más de 60 comisarios que pasan a retiro. Con respecto a los que asumen hoy, se cuestionó la designación de Mareco, ya que el mismo había sido denunciado por tortura en un procedimiento rural. Por su parte, el excomandante Alvarenga está siendo investigado por la justicia por lesión de confianza, debido a que es considerado como uno de los principales implicados en el negociado con los cupos de combustible.