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Al ministro Joaquín Roa acompañaron en su recorrido por el centro de Neuland, el barrio Las Mercedes y la comunidad indígena peri urbana Cayin o Clim el presidente del INDI, Aldo Saldívar, el gobernador de Boquerón, Edwin Pauls, intendente Elmer Vogt y el presidente de la cooperativa Neuland, Heinz Bartel.
Roa habló con las familias indígenas afectadas, observó viviendas destruidas y los trabajos de limpieza ya realizadas. “Estoy viendo la ferocidad de la tormenta” y se mostró impresionado por la solidaridad y rapidez de la ayuda efectuada.
Adelantó que se debe coordinar una reconstrucción más segura de las viviendas derrumbadas y destechadas. Hasta ahora la SEN entregó 2.400 chapas de zinc, colchones, mantas y 1.000 kilos de alimentos en apoyo al comité local de emergencia, que ya asistió una vez a las familias afectadas.
Después, Roa se reunió con el comité local para coordinar los próximos pasos de la ayuda “y si hace falta algo, tengo órdenes del presidente (Horacio Cartes) de que no falte absolutamente nada”.
El gobernador Edwin Pauls calificó la visita del ministro Roa de importante. Destacó que lo más importante fue la ayuda inmediata después de la tormenta, tanto a nivel local como el relevamiento de datos de la SEN y la primera ayuda oficial ya el día después.
“Esto demuestra de que la SEN funciona y le dio mucha tranquilidad a la gente también. Se está trabajando en forma conjunta, entre las distintas instituciones públicas y privadas, juntando recursos y articulando acciones, tratar de ayudar lo más rápido posible y que no haya superposición de actividades”, dijo.
La Junta Departamental declaró emergencia local en la colonia Neuland y en la comunidad Cayin o Clim (Res. 11/5P/17).
El líder de Cayin o Clim, Carlos Céspedes, agradeció por la rápida ayuda recibida. Dijo que horas después de la tormenta ya vinieron los bomberos voluntarios de Neuland para limpiar las calles de árboles caídos, después vino la atención médica local. El domingo y lunes ya recibieron chapas, colchones y frazadas de la SEN.
Hasta ahora no se sabe si se trató solo de una fuerte tormenta, vientos huracanados o un minitornado, que en menos de medio minuto destruyó 207 viviendas y edificios. Tiró chapas, maderas y árboles hacia diferentes direcciones, doblando gran cantidad de postes y columnas de energía eléctrica.
Un indígena dijo “casi morí”, cuando cayó un árbol sobre el techo de su vivienda.
Roa ordenó que se constituya en el lugar un experto de la SEN, para definir el fenómeno climático vivido en el lugar.