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Un sombrío panorama se presenta este año tanto para los ganaderos como para los labriegos de Ñeembucú por las crecidas de los ríos Paraguay y Paraná. Todas las poblaciones ribereñas están inundadas y los rubros de consumo como maíz, poroto, mandioca, batata, fueron arrasadas por las aguas y las torrenciales lluvias.
El departamento de Ñeembucú cuenta con unas 700.000 cabezas de ganado vacuno de los cuales unos 100.000 son terneros. Los hacendados tuvieron que realizar el traslado de sus vacunos para evitar la mortandad masiva de animales. También se vieron en la necesidad urgente de vender los terneros a menor precio, lo que representa una pérdida millonaria para el productor.
Si bien no se tiene aún cuantificada la pérdida económica, los productores pecuarios señalaron que las inundaciones de este año reportarán un gran perjuicio económico al sector ganadero.
Los caminos de tierra en malas condiciones son prácticamente intransitables e impidieron en los últimos días el transporte del ganado hacia zonas altas del departamento.
También se produjo mortandad de ganados menores como ovejas y cabras, a consecuencia de las intensas lluvias que llenaron de agua los campos.