El Mickey paraguayo despierta la nostalgia

Un ícono que traspasa generaciones se instala cada época de Navidad sobre la avenida Félix Bogado de Asunción. Es el Mickey que le ganó a Disney, el paraguayo. El muñeco que regala caramelos, el ratón del verano. Esta es su historia.

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Hace 83 años don Pascual Blasco, un inmigrante italiano, fue más vivo que todos. En 1935 tuvo la idea de registrar la marca Mickey y el logo de la cabeza del ahora famoso ratón en la lista de propiedad intelectual del Paraguay. Walt Disney, el estadounidense fundador del gigantesco emporio, había creado el dibujo hacía solo siete años, el 18 de noviembre de 1928. A propósito, esa caricatura se estrenó en los cines a través de un corto que se llamó Steamboat Willie.

Pero Walt Disney jamás pensaría en Paraguay. Lejos estaban los sistemas empresariales de registros de marcas de la actualidad, en donde las grandes firmas prevén esto con tiempo y con una gran inversión de dinero. Viviana Blasco, nieta de don Pascual, es ahora la gerente comercial de Mickey SRL, la empresa responsable de que el muñeco pasee su simpatía sobre la vereda y regale caramelos y otros productos a niños y adultos desde hace 38 años.

Es así. Hace 38 años, en diciembre de 1980, la firma dispuso que un ratón gigante regale caramelos a quienes se acerquen. Después llegaron las fotos, los saludos y la tradición.

Mickey fue primero una frutería y verdulería. Estaba ubicada sobre la calle Palma, cerca de la Cámara de Comercio, entre 14 de Mayo y 15 de Agosto. Después, en la década de los ’40 del siglo pasado, una heladería ubicada sobre Yegros y Teniente Fariña y después ya la empresa de alimentos sobre Independencia Nacional casi Teniente Fariña, cerca del Mercado Municipal Nº 1.

Viviana Blasco, gerente comercial de Mickey SRL, el martes 18 de diciembre en las oficinas de la empresa. (Foto: Virgilio Vera, ABC Color). 
Viviana Blasco, gerente comercial de Mickey SRL, el martes 18 de diciembre en las oficinas de la empresa. (Foto: Virgilio Vera, ABC Color). 

 

“Mi papá, Roque Blasco, era una persona muy creativa, muy innovadora. Él tenía su farmacia con mi mamá, la farmacia "1811", que está sobre Teniente Fariña casi Estados Unidos. Le iba superbién, pero él siempre veía la necesidad que la gente quería todos los productos fraccionados. Así nace la idea de vender productos fraccionados y, como la marca estaba, dijo: ‘Vamos a usar la marca que es de papá’, que era mi abuelo. Entonces comenzaron a fraccionar algunos productos que tenían más afinidad con la misma farmacia, que eran bicarbonato, azúcar impalpable, boldo, manzanilla y esas cosas, que era lo que en su momento se pedía”, dijo Viviana Blasco, iniciando así su relato. La empresa se creó en 1969 y el año que viene, el 19 de noviembre, cumplirá 50 años.

El 1978, la empresa se mudó sobre Félix Bogado casi Santo Domingo, en el barrio San Vicente de Asunción. Ese mismo año se instaló un árbol de Navidad que fue creciendo conforme pasaban los años. Dos años después surgió el ratón ícono, el muñeco.

“Mi papá dijo: ‘Yo quiero que los niños tengan algún momento con algo que tenga afinidad con la marca, quiero que Mickey se conozca por el acercamiento con los niños’ (...) Es toda una tradición a nivel empresa y, sobre todo, el acercamiento con los niños (...) A nosotros nos llena de orgullo y sentimientos muy fuertes, porque esa tradición empezó mi papá”, dijo Viviana Blasco.

Francisco Garay, hoy de 68 años, fue uno de los primeros que se calzó el traje desde 1980 hasta 1989. Una persona le prometió un jornal de G. 1.000 por día —en 1980— para ayudarle con la vestimenta del ratón. Sin embargo, se llevaba casi todo el dinero que la empresa asignaba para la promoción.

Francisco Garay vistió el traje de Mickey entre 1980 y 1989. (Foto: Virgilio Vera, ABC Color)
Francisco Garay vistió el traje de Mickey entre 1980 y 1989. (Foto: Virgilio Vera, ABC Color)

 

Hoy, a don Francisco se lo conoce como ‘don Mickey’. Trabajó en la empresa de forma permanente desde que ‘colgó el traje’, en 1989. Este es su relato del inicio de su aventura:

Yo trabajaba en un tallercito y llegó un muchacho y me contrató. Me dijo: ‘¿no querés hacer un extra?’. Sí, no hay problema, le dije. Yo ganaba G. 300 por día nomás como ayudante. ‘¿Cuánto me van a pagar?’, le pregunté.

Era pleno diciembre, ¿quién no quiere plata? Me dijo ‘G. 1.000 te voy a pagar’. Y le dije: ‘no hay problema, jaha katu (vamos). Le pregunté a mi patrón y me dijo: ‘andá nomás, hacé para tu aguinaldo’. Nunca tuve aguinaldo en el tallercito. No es por quejarme, digo nomás. Así transcurrió el tiempo.

Había un muñeco nomás y nos turnábamos. Era primero yo y después él, porque un uniforme nomás había y él sudaba mucho y mojaba todo el uniforme. Y le dije: ‘primero voy a hacer yo y después vos’... ‘no hay problema’, me dijo.

Transcurrió el tiempo, a cada uno le tocaba media hora de descanso. Y estaba sentado en uno de los canteros dentro de la empresa, tomando agua. En ese ínterin llegó nuestro patrón y me preguntó si hacía calor y le dije ‘se aguanta’. Y me preguntó: '¿cuánto vos ganás?' 'Y 1.000 guaraníes', le dije. ‘No puede ser’, me dijo.

Le dije que el muchacho me contrató y que todo el mundo en esta época necesita dinero. ‘No puede ser’, me dijo. Y le llamó a su secretario, le dijo: ‘fulaaaaano, venga acá’. Y vino el muchacho y le preguntó ‘qué pasa, por qué este muchacho gana mil nomás’. ‘No señor, nosotros les pagamos G. 5.000 por noche’. Y el señor dijo ‘desde esta noche mitad, mitad, cada uno con un recibo aparte’.

Pero ‘don Mickey’ ríe recordando la avivada de esa persona. “Yo acepté, él es el empresario y yo el jugador”, recordó. Garay finalmente prestó servicios a la empresa durante 25 años, hasta que se jubiló. 

El ratón comenzó regalando caramelos y hoy ya incluye en su canasta de presentes productos de la empresa. Viviana Blasco contó que el primer día en que el muñeco hizo presentación social este año, prepararon 1.800 'mini' panes dulces para regalar. También incluyen chipitas, además de los caramelos.

El horario de Mickey va desde las 19:30 hasta las 21:30, con excepción de algunos días en que el personaje se toma un descanso, lo que se anuncia a través de la página de Facebook de la empresa. Unas 1.000 personas saludan al ratón por noche.

“Mucha gente no solo viene en auto, viene caminando o en colectivo, los abuelos les traen a tres, cuatro niños. La vez pasada le vi a una abuela que ha de tener 70 años y le traía a sus dos nietitos. Y eso es algo emocionante, cómo la tradición se comparte, se comparte en la familia como un momento que les devuelve a la infancia y que hoy viven los niños de la nueva generación”, manifestó la gerente comercial.

El personaje de Mickey lo componen dos personas. Se turnan entre media y una hora. Y sí, es por el calor. En ese intervalo beben agua y descansan. Uno de los que están hoy debajo del traje es uno de los cinco hijos de don Francisco, Nelson, quien heredó el puesto en 1998. Este es su año 20 al control del ratón mediático.

“Tengo cinco hijos: tres nenas y dos varones. Vivo en barrio Obrero y soy olimpero. Siempre me dicen que porque soy de barrio Obrero tengo que ser cerrista, pero no”, rió.

La maleta de don Francisco está cargada de anécdotas. Recuerda que en los ‘80 mucha gente le daba regalos como pañoletas, perfumes, entre otras cosas y que él conocía a casi todos los que llegaban a pedir caramelos, ya que en su mayoría eran de la zona. “Ponía (los regalos) en mi guante porque no tenía bolsillo. Bombones también recibía. Tuve mucha suerte, gracias a Dios”, recordó. Sobre la persona que lo llevó, contó que pronto encontró otro trabajo y que, sin embargo, él persistió. “Le traje a mi sobrino a que trabaje conmigo”, agregó.

Todo trabajo deja un mensaje y ser Mickey por diez años también. “Don Mickey” advierte:

Hay que ser amable con los niños. No hay que payasear. Hay que respetar al público. Nosotros también nos contagiamos de la alegría de los niños. Ahora cambió todo (...) Antes era más atractivo. Antes te respetaban más. Antes no había celulares, tenías que aguantar todo. Solo había cámaras y tenías que alzarle a la criatura y tener paciencia y dejar a tu público para sacar la foto. Y no podés dejar que se enojen las madres. Hay que tener mucha paciencia.

Walt Disney Company, tal vez la compañía más grande de entretenimiento a nivel mundial, demandó a Mickey SRL en los años ‘90 para hacerse con el derecho de uso de la marca, pero no lo logró.

“Habíamos ganado en la primera, segunda y tercera instancia en lo contencioso. Estamos en el proceso de hacer una documentación sobre eso. Básicamente, hubo una demanda por la marca Mickey con la cara del muñeco. Y la marca estaba registrada desde 1935. Pidieron derecho de marca, pero la marca ya se usaba hace años. Siempre nos dedicamos a lo que es alimentos, tenemos registros en varias clases, pero siempre nos enfocamos en esto, no en la parte de entretenimiento, que es su fuerte”, recordó Viviana Blasco.

Las publicaciones de Mickey en su página de Facebook generan miles de ‘me gusta’ y compartidos. Todos recuerdan el día o la Navidad en la que Mickey regaló caramelos y fotos.

Soledad Silva Guerín, licenciada en Marketing y Publicidad y docente universitaria, expresó que este tipo de acciones promocionales apuntan al marketing de la nostalgia, en donde se busca revivir en los consumidores épocas pasadas felices. "En este caso, la tradición de Mickey Paraguay pasa de generación en generación; los padres de hoy vuelven a ser niños con sus hijos en esta época del año y más con el emprendimiento de esta empresa, formando parte del 'top of heart' (preferencia sentimental) de los habitantes de la capital y alrededores", explicó.

"Esta estrategia de marketing es muy utilizada a nivel mundial, empezando con el famoso #tbt (Throwback Thursday o ‘jueves de nostalgia’, el lanzamiento de aparatos celulares nuevos pero con detalles de los que utilizamos hace 15 años, consolas de juegos, dibujos animados, reediciones de películas de generaciones anteriores en donde el público objetivo no son los niños de hoy, precisamente, sino los 'niños del ayer'”, añadió Silva Guerín.

“Nos llena de orgullo y satisfacción. Es un clásico de fin de año la parada obligatoria sobre Félix Bogado, con el Mickey. Es en memoria de mi papá para que él pueda, en donde esté, mirando que su tradición se impuso, y se impuso algo lindo. Él tuvo la inspiración de hacer eso”, concluyó, por su parte, Viviana Blasco.

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