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Ella padece de cáncer de páncreas, pero aún se siente con fuerzas para cumplir este ritual familiar. Isabel González dijo que desde los 12 años comenzó a cocinar la chipa, en compañía de su madre Hilaria Cabrera, que a través de los años fue adquiriendo la habilidad y destreza para amasar y moldear la mezcla compuesta por almidón, grasa de cerdo, queso Paraguay y anís.
Doña Isabel nos reveló su secreto para el preparado de una chipa crocante, que es la de colocar 5 kilos de almidón, 3 docenas de huevos, 1 ½ kilo de grasa de cerdo, 2 ½ de queso Paraguay, un paquete anís, y leche cortada (cuajo).
González indicó que el amasado de la mezcla es fundamental para obtener un buen resultado. “El amase de la mezcla debe ser bien trabajado, para que sea consistente y elástica. Cuando se tiene preparado los diseños de argollas, palomas, panes, se debe dejar reposar por 10 minutos para que leve la masa”, indicó González.
En la preparación de la chipa Isabel involucró a sus nietos, que según refirió de esta forma les pasa el conocimiento de la preparación que fue adquirida por su madre.
A pesar de tener la terrible enfermedad de cáncer de páncreas y 12 operaciones a cuestas a causa de este mal, Isabel pone empeño para sacar fuerzas y seguir con la tradición familiar como cada año en Semana Santa y otras festividades.