“Me reventaron la cabeza”

El abogado Roberto Rojas fue una de las 211 víctimas de los violentos policías que el viernes perpetraron detenciones arbitrarias tras la quema del Congreso. El abogado relató la tortura a la que fue sometido por agentes del orden y anunció una denuncia.

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Roberto Rojas es miembro de la Comisión Directiva del Colegio de Abogados, pero ese no fue un impedimento para que los violentos agentes policiales -que el viernes detuvieron a 211 personas- lo "masacraran a golpes", según su propio testimonio. El abogado es uno de los protagonistas de uno de los videos viralizados en redes en el que se ve a una decena de policías perpetrando secuestros violentos en una estación de servicios ubicada en el centro de Asunción.

“Me golpearon mucho durante todo el trayecto desde la estación de servicios hasta la (Agrupación) Especializada. Me reventaron. Me patearon la cabeza, la cara, me quemaron con encendedor”, señaló el abogado sobre el lamentable suceso que le tocó vivir esa noche, cuando acudió por convicción a la Plaza de Armas para reclamar el atropello de 25 senadores a la Constitución Nacional.

Señaló que todo empezó cuando unos agentes se percataron de que él, junto con otras personas, se encontraban grabando los apresamientos irregulares que los policías se encontraban perpetrado en las calles capitalinas. “Nos amenazaron para que dejemos de grabar y ya intentaron ingresar donde nos encontrábamos, pero el guardia de seguridad les dijo que no podían porque ya estaba cerrado (el local de ventas del surtidor). Se calmaron diez minutos y después volvieron diez policías”, relató Rojas. Ya después ocurrió todo eso que quedó grabado en el video viralizado... y más.

 

Efectivamente, al menos una decena de agentes lo sacaron del local contra su voluntad, agarrándolo de todas las partes de su cuerpo posibles, hasta que lo atraparon. Según prosigue el relato, estas personas no se detuvieron, pese a que se identificó plenamente. Señaló que luego lo esposaron y lo alzaron a una patrullera, donde recibió todo tipo de golpes y hasta quemaduras, cuya descripción ya fue hecha antes. “En un momento dado, antes de llegar a la Agrupación Especializada, se detuvieron, no sé dónde mismo, y escuché que uno dijo en guaraní que allí tenían que bajarme porque en la Agrupación ya no podrían hacerme nada. Ahí nuevamente me volvieron a pegar”, reveló en diálogo con ABC Cardinal.

Luego de ser encerrado junto a más de dos centenares de personas apresadas en distintas circunstancias, señaló que recién pudo acceder a atención médica a las 11:00 del día siguiente, es decir, casi 12 horas después. Relató que él fue quizás uno de los pocos que se salvaron de que lo despojaran de su teléfono móvil porque logró ocultarlo.

Luego de que todos fueran liberados tras la intervención de varios abogados, alrededor de las 15:00 del sábado, Rojas fue llevado por su esposa a un hospital privado, donde lo dejaron internado en observación hasta ayer, domingo, a las 17:00. Por los graves hematomas que tenía en la cabeza, el doctor creyó pruedente tenerlo bajo atención médica supervisada ante el riesgo de que se produjera una hemorragia interna. Ahora, se encuentra con reposo absoluto, ya en su domicilio.

Durante su testimonio, lamentó la “triste realidad que ocurrió esa noche. Ese día guardaron todas las leyes bajo tierra y atropellaron todos los derechos de los paraguayos”. Dijo estar consciente de que pudo haber tenido un final peor, considerando lo ocurrido con el joven liberal Rodrigo Quintana Arrúa, quien fue asesinado también por un agente policial, el suboficial Gustavo Florentín. “Es un joven menos para nuestro país, que estaba luchando”, lamentó.

Finalmente, anunció que este lunes presentará una denuncia penal contra las personas que lo torturaron. “Por supuesto”, respondió al ser consultado sobre si presentaría la acción judicial. “Esto no lo voy a dejar así. Voy a ir hasta las últimas consecuencias”, sentenció.

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