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La creación de nuevos municipios se convirtió en un importante negocio para los políticos de Canindeyú en los últimos años. Lejos de importar si tienen recursos o no, fueron creados cuatro nuevos distritos en la última década, todos ellos en grave crisis por carecer de condiciones mínimas para administrarse y autofinanciarse.
Viven casi exclusivamente a expensas del dinero que reciben de Hacienda en conceptos de royaltíes y compensaciones, Fonacide, resarcimiento por los saltos del Guairá y otros emolumentos del Estado.
Recursos propios, prácticamente no tienen por lo que la mayoría de los intendentes rápidamente caen en mal uso de los recursos provenientes del Estado. Estos recursos son exclusivamente para obras, pero los jefes comunales terminan empleando en gastos corrientes para cubrir los gastos de funcionamiento.
Ahora, de la mano de la diputada Cristina Villalba (ANR, cartista) y Teófilo Espínola del PLRA (imputado), los dos representantes del departamento de Canindeyú, serán presentados dos nuevas propuestas para crear los municipios números 16 y 17, respectivamente.
El argumento es que la solicitud proviene de los propios habitantes de estos pueblos que arguyen la poca asistencia que reciben del municipio al que pertenecen, por la distancia que existe entre los mismos. Esta versión es negada por las autoridades del municipio Madre.
Sin embargo, sus propios pobladores reconocen que las comunidades han venido sufriendo un acelerado despoblamiento, y están a punto de desaparecer. Sin embargo, pretenden convertirse en municipio. “Ojalá y podamos llegar, con la mediación del presidente de la Cámara, para la distritación de Laurel; esta comunidad está por desaparecer y queremos evitar eso”, había declarado en la Cámara de Diputados el pasado 19 de febrero pasado Luis Karajallo, uno de los lideres pro-distrito de Laurel.
La ley no prevé la creación de un distrito para evitar que una colonia desaparezca.
Coincidentemente, las dos comunidades que quieren independizarse pertenecen al distrito de Nueva Esperanza. Solo uno de ellos, la Colonia Laurel afecta a un segundo municipio, al de Ybyrarobana, pero solo en una pequeña proporción. Este municipio pretende un territorio de 39.000 hectáreas, mientras que Marangatu peticiona 45.500 hectáreas aproximadamente.
Según el intendente de Nueva Esperanza, Francisco Viancheto, las dos comunidades no tendrían más que 2.000 habitantes, los recursos que podrán manejar son casi exclusivamente de impuestos inmobiliarios, ya que ninguno de ellos tiene un comercio que no se trate de algunas despensas o quioscos.
Las autoridades comunales, sin embargo, no manifestaron su oposición contra la posible creación del nuevo distrito.
El último municipio creado en Canindeyú fue Puerto Adela, a través de la ley número 6.098 del 14 de junio de 2018. En fecha 15 de setiembre de 2016 fue creado el municipio de Maracaná (Ley 5.673).
En el 2013 se creó el distrito de Yby Pytá, en fecha 9 de abril por ley número 4894. En el 2011 fue creado el municipio de Ybyrarobaná (Ley Nº 4571 promulgado el 26 de diciembre de ese año).
El último municipio creado ante la nueva ola de distritación en Canindeyú fue Nueva Esperanza, emancipado en fecha 20 de mayo de 1999, hace 20 años.