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La joven madre reconoce que con un cuchillo hirió en la pierna al padre de su hija, Saturnino Román Román, de 27 años, aunque alega que fue en legítima defensa.
“Me fui para a pedirle para leche y pañal; él estaba muy borracho y reaccionó contra mí. Me comenzó a ahorcar en el piso (...); agarré un cuchillo y me defendí (sic)", expresa la mujer en una entrevista para ABC TV desde la cárcel Casa del Buen Pastor.
El incidente ocurrió el 11 de marzo pasado en la zona de Laurelty, Luque, cuando la beba tenía un par de semanas de vida. Lo llamativo es que existe un antecedente, y el fiscal de Luque interviniente, Néstor Cañete, no lo tuvo en cuenta: el 30 de diciembre de 2016, cuando Alejandra Yudit Cardozo Acosta estaba embarazada de casi siete meses, su ahora expareja la golpeó “por celos”, según reconoció el propio hombre ante la Policía.
En aquella oportunidad, fue él quien supuestamente la hirió con un cuchillo en una pierna. (Además, en la comisaría N° 50 de Laurelty, los agentes relacionaban a Saturnino, alias Martín, con el movimiento de crack en el barrio).
Lo injusto de la situación es que el agresor-víctima tiene arresto domiciliario y la joven está presa desde hace cuatro meses, a pesar de que las madres de los niños lactantes son eximidos de prisión preventiva.
El fiscal Cañete alegó que Alejandra no daba de mamar y que tampoco estaba a cargo del cuidado de su hija, por lo que no correspondía el arresto domiciliairo. La defensora pública Zulma Sánchez argumentó todo lo contrario, pero reconoce que también se encontraron con el siguiente problema: ni siquiera tienen el certificado de nacido vivo de la beba.
Lo concreto es que el juez Francisco Recalde, de San Lorenzo, decretó la prisión sin dar intervención a un médico forense que examine y certifique si la imputada seguía o no en periodo de lactancia. En la actualidad, la jueza penal de la causa es María Cecilia Ocampo, de Luque.
La defensora Sánchez cuenta que también tropiezan con otro inconveniente: Alejandra fue abandonada por sus familiares. Para solicitar un arresto domiciliario necesitan arrimar al juzgado aunque sea un certificado de vida y residencia, pero ni el padre ni la madre quieren tramitar este simple documento. “Le pedí a ese señor (el papá) que compareciera ante esta defensa pública, y esa circunstancia no se dio hasta el día de hoy”, lamentó.
Detrás de este drama también hay una historia de alcohol y drogas, y lo peor es que Alejandra tampoco sabe dónde está su hija. Meses atrás, llegó su prima a la cárcel y se llevó a la niña. Aún no logra contactarla de vuelta, según cuenta.
Abandonada a su suerte, desoída por el fiscal y los jueces que le tocaron en suerte, Alejandra Cardozo puede seguir injustamente hasta un año en la cárcel. No sabe en qué momento pasó, de ser víctima de violencia familiar, a convertirse en la mala de la película.