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La mujer abordó la patrullera poco antes de las 14:00, en cumplimiento al oficio judicial nº 1.496, firmado por el juez de garantías de esta ciudad, Carlos Martínez. La misma está acusada de haber asesinado a su hija de apenas siete años, ahorcándola con un cable atado a una viga de la vivienda situada en el barrio Cerro Corá de Curuguaty en la madrugada de ayer.
La mujer ya fue imputada por el agente fiscal Christian Roig, quien había solicitado prisión. Un total de cuatro efectivos policiales a bordo del móvil 50 acompañan a la “madre asesina” como la habían calificado varias madres de la zona a través de las redes sociales por las repercusiones que tuvo.
Lo más macabro del caso es que la mujer iba relatando por WhatsApp el paso a paso del crimen al padre de la menor, quien desesperado pidió ayuda desde Asunción a un amigo, pero este ya llegó cuando la niña había fallecido.
La trastornada madre también intentó quitarse la vida, pero terminó presa. Constantemente la mujer enviaba audios y fotos a su expareja desde hace unos días, amenazando con matar a su hija, refieren los datos.
La menor fue identificada como Ruth Noema Acosta Dávalos (7), hija de la presunta asesina y de César Acosta, mayor de edad, quien trabaja en la ciudad de Asunción, en donde había sido llevada el cuerpo de la menor para su sepultura, prevista para las 14:00.
Los investigadores sospechan que Dávalos obligó a su hija a subir sobre una silla y que metiera la cabeza en medio de un nudo hecho con un cable que estaba sujetado a la viga del techo. Después, la propia madre retiró la silla y la menor murió ahorcada. Lo peor de todo es que, una vez que corroboró que su hija había muerto, Sabina cortó de nuevo el cable y dejó caer al piso el cadáver de la pequeña.
Posteriormente, se llaveó dentro de la casa y se produjo una herida superficial en la muñeca izquierda, por lo que se habla de intento de suicidio.