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El mediodía del pasado miércoles en la ciudad de Villarrica, capital del departamento de Guairá, transcurría de forma apacible hasta que a las 12:44 un fenómeno sorprendió y generó curiosidad en los pobladores debido a que varios objetos del hogar comenzaron a moverse de forma poco habitual y también el piso, según manifestaciones de los lugareños. Poco después se confirmó que efectivamente se trató de un sismo de 2.5 de intensidaden la escala de Richter, sin duda un fenómeno poco común, pero de ninguna manera inexistente en el país, según lo explicado por el profesor Juan Carlos Velázquez, responsable del Laboratorio de Sismología de la Universidad Nacional de Asunción.
Lo que para la mayoría de la población es imperceptible, es objeto de horas de estudio diario por parte de los cinco integrantes del citado laboratorio a fin de interpretar de la mejor manera posible el impredecible comportamiento de la naturaleza, empezando por el conocimiento sobre su estructura interna, formada por placas que interactúan entre sí y van liberando energía en diferentes lugares y con magnitudes variables, nosotros estamos en el centro de la Placa Sudamericana por arriba de lo que conoce como la Placa de Nazca que va desde va desde el norte de Perú hasta el Sur de Chile, detalló Velázquez a ABC Color.
“Si hacemos una comparación con lo que ocurre en los países andinos vamos a encontrar una alta densidad de terremotos, pero a medida que las ondas expansivas del Pacífico se trasladan hacia el Atlántico, las probabilidades de terremotos van disminuyendo, lo cual no quita la posibilidad de que se produzcan eventos sísmicos que de acuerdo a la evidencia y los registros históricos han ocurrido pero no con la frecuencia y con los efectos que pueden observarse en lugares de mayor sismicidad”.
El histórico de sismos en el Paraguay refiere que los movimientos telúricos se dieron con mayor frecuencia en la Región Occidental por sobre la Oriental, en donde se registraron los más recientes en 2013 y este año. En líneas generales nuestro país se caracteriza por una sismicidad baja a moderada, generalmente con un promedio de magnitud de 3 a 5° máximos en la escala de Richter, los registros del laboratorio confirman que desde 1947 hasta el año 1989, 13 de los 14 eventos sísmicos tuvieron como epicentro el Chaco, siendo el de mayor magnitud el ocurrido en Boquerón un 14 de febrero de 1989 con una magnitud de 5.6°.
Velázquez explicó que los efectos de un sismo dependen de varios factores, en el caso de los países andinos las grandes liberaciones de energía ocurran en los bordes de las placas de influencia, el impacto es mayor, también se tienen en cuenta otros indicadores como la cercanía de centros urbanos y por sobretodo la estructura de estas ciudades, puede ser un evento grande, “si no tenés un centro urbano cerca no pasa de ser un fenómeno natural, los mayores daños se sienten en aquella instalaciones precarias, esto a su vez motivó a que países de mayor sismicidad apliquen medidas preventivas y cuenten con estructuras sismorresistentes”.
Ya con relación al más reciente episodio, el profesor sostuvo que todo apunta a que su origen fue natural, descartando cualquier suposición que suele tejerse cuando ocurren fenómenos de este tipo, desde explosiones de canteras hasta coletazos de fenómenos de mayor potencia ocurridos en sitios más alejados, según el sismograma del laboratorio local como también en los registros internacionales que colaboran con los profesionales de nuestro país no se han detectado eventos externos además del ya conocido.
“Nosotros recibimos la información de toda la región prácticamente en tiempo real y si menciona como se dice un coletazo proveniente del oeste hacia nuestro lado, el sismo lo tendríamos que sentir en otros lugares, lo que ocurre es una propagación de ondas a nivel local a raíz de algún dislocamiento intraplacas, cualquier otra información sería especulativa”, recalcó.
Recién a finales de 1970 comenzó a registrarse la actividad sísmica en el Paraguay, mediante la puesta en funcionamiento de la red local, ya en la década del 90 a través de un convenio de cooperación con los Estados Unidos se instaló una moderna estación de registro de datos sísmicos que forma parte de una red mundial, hoy tenemos equipos de primer mundo que se van actualizando cada año, pero con una estación es díficil verificar todo el territorio.
La meta a mediano plazo es contar con una red sísmica nacional para abarcar más puntos de nuestra geografía. “Hay que pensar para futuro que el Paraguay cuente con más estaciones para obtener la radiografía y comportamiento de nuestro subsuelo; hoy estamos dependiendo mayormente de los países vecinos y organismos internacionales. Tenemos en proyecto con universidades de Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay la instalación de tres sismómetros en el Chaco y uno más en la Región Oriental”, refirió.
Velázquez asegura que aún con una sismicidad moderada a reducida estos equipos son fundamentales para anticipar y prevenir. “La gente afirma que no tiene sentido contar con tecnología si nunca hay terremotos, eso obedece a la falta de cultura preventiva que tiene el paraguayo, siempre esperando que las cosas ocurran y no preocuparnos en decir que medidas tenemos que tomar para que disminuir el impacto o que la sorpresa no sea tan grande”, agregó.