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Una conferencia de prensa histórica tuvo lugar esta mañana. Luego de años de trabajo del equipo de búsqueda liderado por Rogelio Goiburú, se dieron a conocer los nombres de las dos primeras víctimas de la dictadura cuyos restos óseos fueron rescatados e identificados gracias a comparaciones genéticas.
“Este día realmente es un día histórico para nuestro país”, comenzó diciendo Goiburú, quien lleva años encabezando los trabajos de búsqueda de restos de desaparecidos durante la dictadura militar de Alfredo Stroessner. “Esto empezó hace mucho tiempo, con los familiares, las víctimas sobrevivientes, militantes políticos y de Derechos Humanos”, agregó uno de los hijos del Dr. Agustín Goiburú, desaparecido hace más de 40 años a manos de represores stronista.
Los encargados de realizar los trabajos de comparación genética que permitieron la identificación de estas dos personas fueron realizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Los primeros restos óseos identificados correspondían a los de una mujer y fueron hallados durante los trabajos realizados entre 2006 y 2013 en el predio de la Agrupación Especializada, en Asunción, uno de los puntos donde se ha hallado gran cantidad de restos de desaparecidos.
De acuerdo a los análisis realizados en Argentina, la mujer habría fallecido entre los 36 y 40 años. Para poder realizar la identificación, se realizaron pruebas con dos hijos de la desaparecida y se llegó a la conclusión de que los restos pertenecían a Rafaela Giuliana Fillipatzzi, ciudadana italiana radicada en Argentina y desaparecida en el marco del operativo Cóndor.
Fillipatzzi había desaparecido en Montevideo en 1977; es decir, sus restos fueron reconocidos después de casi cuatro décadas de haber desaparecido. “Lamento enormemente no poder estar presente por razones de fuerza mayor, pero principalmente creo no poder soportar estar allí y no poder traer conmigo los restos de mi madre, aunque entiendo que por trámites legales debo esperar un tiempo más”, señaló una de las hijas de Rafaela Fillipatzzi en una carta enviada.
“Hace 40 años buscamos a nuestros familiares, para darles al menos cristiana sepultura. Hablo de un poco de paz porque esto para mí no termina hasta por lo menos saber qué pasó, porqué la secuestraron, por qué la maltrataron y la asesinaron, dejándome huérfana con solo 12 años. Me pasé toda mi vida buscando desesperadamente en los tres países en los que ella estuvo”, agregó.
Los otros restos que fueron identificados corresponden a un hombre y fueron hallados también en el predio de la Agrupación Especializada durante los trabajos realizados entre 2006 y 2013, manifestó Goiburú en la conferencia de prensa.
Tras el análisis genético, se determinó que los restos pertenecían a Miguel Ángel Soler, un ciudadano paraguayo quien permaneció desaparecido durante 40 años y nueve meses. Para su identificación, los restos fueron comparados con muestras de ADN de un hijo y una hermana. Soler fue secuestrado de su casa por la Policía stronista; había sido perseguido durante años por su militancia -en la clandestinidad- en el Partido Comunista Paraguayo.
“El desafío es todavía muy grande porque estamos buscando a más de 500 desaparecidos”, manifestó Goiburú. El hombre que dirige desde hace años el equipo de búsqueda de desaparecidos de la dictadura stronista recordó que ya existe una base de datos genética, por lo que ahora los costos para la identificación de otros restos óseos disminuirán.
Las cifras siguen variando. Han pasado ya casi tres décadas de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner y aún no se puede dar un número exacto de personas desaparecidas forzosamente durante los 35 años en que el tirano movió los hilos del destino de nuestro país a su antojo.
“Oficialmente, hay unas 500 denuncias de las cuales tenemos 400 documentadas”, señaló Rogelio Goiburú alguna vez a ABC Color.
Pero la cifra real estaría muy por arriba del número de denuncias. Numerosos son los casos de familias que nunca denunciaron las desapariciones porque no notan resultados palpables en la lucha por justicia o porque la herencia de miedo de 35 años de cruel represión todavía las mantiene congelada y otras no cuentan con los fondos suficientes como para desplazarse hasta la capital y radicar las denuncias.
Goiburú también criticó duramente al senador colorado Carlos Núñez, quien en la víspera había señalado en el plenario de la Cámara Alta que extrañaba al dictador Alfredo Stroessner y que hacía falta él para traer paz al país.
Durante su breve intervención en la sesión extraordinaria del lunes, el legislador lamentó que el exdictador Stroessner no esté vivo “para traer la paz al país”. Núñez es comisario retirado de la Policía y más temprano había dicho que se debía “eliminar a los comunistas” del Paraguay.
“Si es posible tenemos que quemarles vivos a esos asesinos, cobardes y en plaza pública. Creo que vamos a volver a traerle al Gral. Stroessner, lastimosamente ya no está sobre la tierra. Pero no importa, así únicamente los paraguayos vamos a vivir en paz y tranquilidad, vamos a dormir con las puertas y ventanas abiertas, porque ahora que supuestamente (existen) derechos humanos la Policía no puede hacer su trabajo y no puede detenerle a un delincuente que famoso se va y se araña en el calabozo y le denuncia a los Derechos Humanos y va ese policía a ser procesado y pasa a la cárcel y por eso ya nadie quiere actuar”, expresó el senador.
Ante esas expresiones Goiburú aseguró: “Stroessner era un dictador, un asesino y un ladrón; y además era un pervertido que abusaba de menores. Pido que ese senador sea desaforado y procesado por apología al delito”.