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Organismos locales y foráneos estiman que la población paraguaya ha registrado un importante crecimiento entre 1980 y 2018. De aquí al 2040 seguirá aumentando, pero de una manera más lenta, debido a la reducción de la natalidad.
El Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), dependiente de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) refiere que en 1980, nuestro país totalizaba una población de 3.200.000 habitantes, que diez años después (1990) llegó a cerca de 4.215.000.
Ingresado ya al Siglo XXI, o sea, en el 2000, se registraba una población de 5.300.000 habitantes. Para el año 2010 la cantidad de habitantes había orillado los 6.300.000. Ocho años después, hoy el país cuenta con casi 6.900.000; y según sus proyecciones, en el 2020 tendríamos un poco más de 7.000.000 habitantes.
De acuerdo a las estimaciones del este organismo internacional, el crecimiento poblacional del Paraguay ha comenzado a ser lento, debido a la reducción de la tasa de natalidad. Tanto es así que en el año 2025 nuestro país tendría una población total de solo 7.400.000 habitantes, en el 2030 llegaría a 7.740.000, y en el 2040, contaríamos con una población total de un poco más de 8.200.000 habitantes.
Por su parte, la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC) de nuestro país, en su “Proyección de la Población Nacional, Áreas Urbana y Rural por Sexo y Edad, 2000- 2025 (Revisión 2015), revela que hoy (2018) Paraguay cuenta con una población un poco mayor a los 7.000.000 habitantes. Aumentó en un tercio la población del año 2000, cuando llegaba a 5.300.000, aproximadamente.
Estadística y Censos estima que la tasa de crecimiento total de la población en los últimos 18 años fue de 1,6% anual, que representa un incremento medio anual alrededor de 98.200 personas. Alerta que con estas cifras se observa una tendencia a la desaceleración del ritmo de crecimiento, por lo que se espera que para el 2025 la población llegue a poco más de 7.758.563 habitantes. Señala que la tasa global de fecundidad (TGF) hoy es de 2,47 hijos por mujer, mientras que en los años 70 superaba los 6 hijos.
A pesar de la tendencia a una reducción de la tasa de natalidad, que ya se está viendo hoy, y que se acentuaría hacia el año 2040, el actual crecimiento de la población aún representa serios desafíos para cualquier gobierno en distintos aspectos, afirmó el experto en la materia, Robert Cano.
Dijo que el primero tiene que ver con el comportamiento de los núcleos poblacionales, teniendo en cuenta que hasta el año 1980, más o menos, el 50% de la población del Paraguay era eminentemente rural, y que a partir de la década de los 90, la población nacional comienza a ser cada vez más urbanizada.
Añadió que, en este contexto, también hay dos tendencias: la primera tiene que ver con la migración rural-urbana, un fenómeno que se da en todo el mundo, y la segunda el envejecimiento de la población. “Se van a ir dando, independientemente de lo que hagamos”, afirmó Cano.
Por otra parte, el experto señaló que, más allá de la población en números, es importante también notar cómo está conformada en base a tres grupos etarios, que tienen un tratamiento diferente desde el punto de vista económico y social.
“Por un lado, está la población adulta-mayor, cuyas mayores necesidades son la jubilación y salud geriátrica, y cuanto más crezca esta población, más necesidad tendrán de ese tipo de servicio sanitario y más desafíos en materia de jubilación, donde entran a tallar el equilibrio de las cajas jubilatorias”, afirmó.
Cano comentó que otro grupo que se estudia mucho es el de los niños y jóvenes, que tienen mayores necesidades en educación, salud pediátrica y en alimentación. “Es el grupo que con el correr del tiempo irá reemplazando a las generaciones actuales”, expresó.
Advirtó que hoy tenemos gente de 15 a 64 años que tiene una baja productividad, deficiente sistema educativo o muy mala formación técnica o profesional. No obstante, aclaró que esa realidad podría cambiar formando mejor a las generaciones jóvenes.
Preguntado qué políticas públicas son necesarias para revertir la situación, Cano señaló que la formación del capital humano tiene que ir apuntando fundamentalmente a los niños. “En Paraguay hay como 130.000 nacimientos al año, de los cuales el 40% se da en hogares pobres, y la pobreza implica un montón de desventajas de entrada”, alertó.
Agregó que estos niños de hogares pobres probablemente no estén bien alimentados, no están estimmulados, y probablemente no haya un ambiente familiar propicio para su desarrollo. Dijo que esto implica que cuando lleguen a la edad escolar ya van a entrar en la escuela con un montón de desventajas, y si tuvieron una desnutrición crónica, la desventaja será de por vida.
Cano adelantó igualmente que en los próximos cinco años (que le tocarán al gobierno entrante) el país va a tener unos 650.000 nuevos nacimientos, de los cuales alrededor de 260.000 serán en hogares pobres, donde la probabilidad de que estos niños puedan aprovechar la educación es muy escasa.
“Entonces, desde el punto de vista de reemplazo generacional, la prioridad debería ser la primera infancia en la educación, porque de esa forma se garantizaría un mejor reemplazo de la gente que irá formando parte de la futura fuerza productiva”, resaltó.
Comentó asimismo que hoy la gente con edades de entre 15 y 64 años tiene un promedio de estudio de apenas 8,2 años. “O sea, apenas pasamos la primaria, y ya casi llegando a un quinto del Siglo XXI, solamente el 40% de los jóvenes termina la secundaria.
“Pregunto, ese 60% que no termina la secundaria, en un siglo que es por demás competitivo, más tecnológico, más demandante en capacidades, ¿Con qué recursos harán frente a esos desafíos...si ni siquiera terminaron la secundaria”, expresó.