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Se trata de uno de los educadores la comunidad de los hermanos maristas, el español Ignacio Pruna, quien estuvo al frente de la agrupación en los años 80.
El educador religioso retornó a esta cuidad luego de trabajar por varios años en el departamento de Caaguazú, para de nuevo integrar el plantel de profesores del colegio Alejo García, del Centro Parroquial de Educación de los Hermanos Maristas.
Teniendo en cuenta que los ex boy scouts de los 70, 80 y 90 desean recuperar el escultismo, el educador marista respondió que es difícil fomentarlo debido a que cambiaron los tiempos. En ese sentido, manifestó que sería fundamental que una persona con capacidad y tiempo apareciera para ocuparse del escultismo, que significa educación, convivencia, amistad, reflexión y entretenimiento con la misma naturaleza.
Sin embargo, sostuvo que debido a la pérdida de los recursos naturales, la falta de bosques y cursos hídricos con aguas limpias en esta parte del país, es casi imposible fomentarlo de nuevo. Agregó que a esos inconvenientes se suma la inseguridad reinante en el norte del país.
Recordó que en los años 80 en la zona realizaban campamentos de scouts cuando aún existían los bosques, arroyos y manantiales con aguas limpias en los que saciaban su sed. Dijo que los campamentos se realizaban los fines de semana, de viernes a domingos, y las patrullas de scouts con sus mochilas se trasladaban a pie a los mejores lugares de la zona para el efecto.
Señaló que las patrullas iban a esos lugares con sus carpas y víveres, y que los campamentos se realizaban con un nutrido programa, que incluía educación para el cuidado del medio ambiente, horas de reflexión y momentos artísticos en la fogata en horas de la noche.
En ese sentido, manifestó que por los motivos indicados más arriba, los niños y muchachos de esta generación ya no buscan el escultismo, pero sería bueno recuperar esos valores.