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Peter Blatz salió del monte poco después de las 15:00 de hoy cuando divisó la presencia de miembros de la FTC que realizaron un recorrido por la zona de la Estancia “La Yeya”, ciudad de Santa Rosa del Aguaray (San Pedro), luego de conocerse del posible nuevo caso de secuestro.
El hombre contó a los uniformados lo que sucedió. Dijo que estaba junto con su hijo de 22 años desplazándose por un camino rural. El joven hacía de puntero a bordo de una camioneta, mientras que él (Peter) manejaba un tractor.
En un momento dado, Peter vio a tres hombres vestidos con remeras negras que, sin mediar palabras, abrieron fuego contra la camioneta, que, por los impactos, detuvo su marcha, informó el periodista de ABC Color, Iván Leguizamón.
Los desconocidos, ya con el móvil quieto, sacaron a la fuerza a Bernhard del habitáculo del rodado, lo que hizo que su padre acelere la marcha del tractor para arremeter contra los tres sujetos. No pudo precisar si chocó o no a uno de ellos.
Tras la maniobra desesperada, se internó en el monte para pedir ayuda a un colono a través del teléfono, y a este dijo la frase “el EPP se llevó a mi hijo”, haciendo referencia al autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Un ciudadano indígena de la zona comentó que escuchó varios tiros y al ver que la cosechadora retrocedía, dio vuelta y regresaron por su camino. Ellos iban en una camioneta entre cuatro. El nativo agregó que no logró ver nada más.
Según los datos manejados, las armas de fuego serían de gran porte, teniendo en cuenta el aspecto de las mismas y que algunas atravesaron completamente los neumáticos de la maquinaria que utilizaba el padre del menor secuestrado.
Miembros de la FTC siguen en el lugar, que forma parte de la zona de influencia del EPP. Hasta el momento no hubo un pedido de rescate ni se informó sobre el hallazgo de algún panfleto del grupo criminal.
Solo el pasado 21 de agosto, el EPP secuestró al colono menonita Franz Hiebert Wieler, de 31 años, tras atacar el tractor en que este se movilizaba. Siguen también en poder de este grupo criminal el suboficial de la Policía Edelio Morínigo, el empresario ganadero Félix Urbieta y el colono menonita Abrahán Fehr, de quien nunca hubo una prueba de vida, a excepción de los otras dos víctimas mencionadas.