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La frase “llueve más adentro que afuera” no solo se aplica a algunas viviendas particulares que, por falta de presupuesto, dejan pendiente el arreglo de una que otra gotera.
Edificios públicos con meteóricos presupuestos para infraestructura, que deberían lucirse cuanto menos para atender a los ciudadanos que los visiten por algún trámite, muestran serias deficiencias en su infraestructura, que provocan no solo simples goteras en su interior, sino que el agua caiga a chorros, mojando incluso documentos.
Esto es lo que se pudo ver la mañana de este miércoles, cuando fueron captadas imágenes del subsuelo del Senado, donde “llovía a cántaros”, pese a ser una zona de estacionamiento en teoría techada. El agua caída asemejaba a raudales y poco a poco iba inundando el subsuelo del edificio del Congreso.
Situación igual de preocupante se pudo ver en la sede del Palacio de Justicia, en el barrio Sajonia de Asunción, donde en el primer piso caía agua a cántaros sobre expedientes, documentos e incluso funcionarios salían empapados de sus oficinas. Computadoras e impresoras también sufrieron las consecuencias de las lluvias, pues el agua cayó sobre los equipos, perjudicando su funcionamiento.