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La pequeña Liz (8) hoy lleva una vida completamente normal, va a la escuela y realiza todas las actividades de una niña de su edad. A partir de su exitosa operación en el Hospital Pedíatrico “Niños de Acosta Ñu”, fueron realizándose procedimientos similares con mayor frecuencia.
La jefa de Cardiología de dicho nosocomio, Nancy Garay, dijo que fueron tres los trasplantes que se realizaron a partir del caso de Liz: el del niño Josías Britos, el joven Fernando Acosta y el pequeño Thiago Roa.
Lastimosamente siempre existe el riesgo de que no todo salga como se espera, como fue el caso de Thiago, quien falleció hace unos días por una infección generalizada, lamentó la profesional.
“El balance en este primer año de trasplante en niños dentro de un hospital público es ampliamente positivo. Estos primeros tres trasplantados están en sus casas llevando una condición y una calidad de vida normal igual a la de un niño sin trasplante”, señaló Garay.
La niña Liz Ávalos recibió el trasplante cuanto tenía solamente siete años, luego de casi dos meses de espera de un donante compatible. La pequeña padecía de cardiopatía dilatada, en estado terminal.
Autoridades del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), dijeron que este año se tomó una especial conciencia en cuanto a la donación de órganos en la sociedad paraguaya, a partir del fallecimiento de la niña de seis años Anita Almirón, quien no logró conseguir un corazón.