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Desde el viernes, el polémico religioso se encuentra en Roma para conocer su destino y el de la diócesis a su cargo, luego de que el papa Francisco haya enviado a altos representantes del Vaticano para realizar una intervención en la diócesis, a la que llamaron “visita apostólica”. Luego de esta acción, rápidamente se suspendió a seis vicarías y se prohibió que se ordene a más sacerdotes en el seminario.
El viaje de Livieres Plano forma parte de la conclusión de esta medida, instruida debido a manejos desprolijos, un entredicho con el arzobispo de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo, y el caso del sacerdote Carlos Urrutigoity, cura argentino denunciado por pedofilia y refugiado por el obispo del Este en Paraguay.
En los breves reportes que da la Diócesis de Ciudad del Este sobre el viaje de su obispo se informa que el sacerdote tuvo una reunión informativa ayer con la Congregación para los Obispos, lo que se conoce como un llamado a consulta. Así también, fue recibido por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de esta instancia. Livieres Plano se reuniría además en el transcurso del día con autoridades de otros Dicasterios Romanos, que son organismos que forman parte de la Curia Romana, y con el Papa Francisco.
Una serie de denuncias se hicieron contra la Diócesis de Ciudad del Este, que llevó a Livieres Plano a enfrentar esta instancia. La que ocupó mayor espacio en los medios de comunicación definitivamente fue el caso del sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, que fue recibido por el obispo en Alto Paraná luego de que el mismo fuera rechazado de otros países tras denuncias de supuesto abuso sexual y pedofilia. De hecho, en uno de los casos en Estados Unidos se tuvo que pagar una indemnización de casi US$ 500.000 al denunciante. El religioso fue entrevistado por los interventores en Paraguay.
De hecho, el Southdown Institute, organización que se dedica a la evaluación psicológica de víctimas y de sacerdotes involucrados en estos casos, recomendó que Urrutigoity se aleje del ministerio y que ya no trabaje con jóvenes, calificándolo inclusive como “peligro” para ellos. Livieres Plano hizo caso omiso a esta recomendación, al igual que el resto de la Iglesia Católica, y lo puso a cargo de una serie de actividades en Ciudad del Este, muchas de ellas con jóvenes.
Justamente, la férrea defensa de Livieres Plano al cura extranjero lo llevó a un serio entredicho con el arzobispo de Asunción, a quien trató de “homosexual”, orientación rechazada en la creencia católica. Esta pelea habría sido otro de los motivos de la visita de los enviados del papa Francisco realizada en julio de este año.
Por otro lado, el obispo fue denunciado por supuesta malversación de donaciones que recibió para obras sociales; sin embargo, él argumentó que las utilizó en el mantenimiento de su seminario. También se enfrascó en una lucha judicial con laicos que cuestionaron su administración.