Las asociaciones de empleadas domésticas de Paraguay celebraron hoy la entrada en vigor de la nueva ley de trabajo doméstico, que aumenta su sueldo de un 40 al 60 por ciento del salario mínimo, pero criticaron que aún les discrimina porque no iguala su retribución al resto de profesiones.
“Esta nueva ley no es la ley que queremos, ya que todavía nos discrimina de manera legal, por lo que las organizaciones de trabajadoras domésticas reafirmamos nuestra lucha por la igualdad salarial”, dijo Librada Maciel, según un comunicado del Sindicato de Trabajadoras Domésticas y Afines de Itapúa (SINTRADI) .
El trabajo doméstico ocupa al 7,2 % de la población económicamente activa empleada en Paraguay, unas 235.771 personas, de las cuales más de 220.000 son mujeres, según el informe sobre trabajo doméstico en Paraguay, de diciembre de 2014, elaborado por el Centro de Documentación y Estudios (CDE) y ONU Mujeres.
“Hemos logrado que se incorporen algunos elementos que favorecen a nuestro sector: en principio 20% más de salario, el derecho a la jubilación, el derecho a la jornada de 8 horas, el pago por horas extra, la estabilidad laboral, la promoción y protección gremial, entre otros derechos”, expresó Maciel.
El Congreso paraguayo aprobó en marzo el proyecto de ley “del trabajo doméstico”, que define el salario de esas empleadas en el 60 % del sueldo base, es decir unos 1,09 millones de guaraníes (unos 245 dólares).
Las modificaciones en la nueva ley son el incremento de un 20% en el salario, lo que obliga ahora a los empleadores a pagar un 60% del salario mínimo vigente de 1,8 millones de guaraníes (unos 320 dólares). También un día de descanso semanal obligatorio, reconocimiento de días libres y festivos.
La nueva ley no admite el empleo doméstico a personas menores de 18 años de edad.
“Esta es una de las conquistas de los gremios de trabajadoras domésticas que señalaron en todo momento que la antigua legalizaba el criadazgo y fomentaba una forma de esclavitud infantil”, expresaron las asociaciones en su comunicado.
“Esta ley no es un regalo que recibimos de arriba, es el fruto de nuestra lucha de todas las organizaciones de trabajadoras domésticas. Es un paso importante, pero aún hay mucho por hacer. Queremos el salario mínimo como todos los trabajadores” expresó Marciana Santander, presidenta de la Asociación de Empleadas del Servicio Doméstico del Paraguay (ADESP).
“Estamos 220 mil mujeres en este trabajo, mujeres pobres, la mayoría jefa de hogar”, dijo por su parte Myriam Agüero, del Sindicato de Trabajadoras Domésticas del Paraguay (SINTRADOP).
Una de cada diez empleadas domésticas del país vive en la pobreza extrema debido a su baja remuneración, según datos oficiales de 2012.