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La profesional se mostró bastante preocupada por el auge de los lentes de sol callejeros durante el verano, ya que los mismos dañan gravemente los ojos. Explicó que los lentes sin protección UVX son sumamente peligrosos.
Los que tienen esta protección solamente pueden ser adquiridos en las ópticas, señaló. El resto no tiene esta característica e, inclusive, en algunos casos, son de plástico, manifestó en entrevista con ABC Color.
El problema con los lentes que no ofrecen protección UVX es que, en lugar de reducir el impacto de los rayos solares, hacen que las pupilas del ojo se dilaten aun más y los reciban con una mayor fuerza, dejándolas más desprotegidas y expuestas.
Esto es suficiente como para causar las primeras molestias en los ojos, que pueden inclusive derivar en casos más graves, indicó.
Así también, comentó que los lentes no deben ser muy pequeños, debido a que la luz también puede reflejarse desde los costados del rostro.
Quintana indicó que, a pesar de que los lentes de sol que se venden en la calle pueden parecer mucho más baratos que aquellos que se encuentran en las ópticas, dijo que a la larga el costo del tratamiento por los daños sería mayor.
Con respecto a los que se venden en las ópticas, dijo que bajo ciertas condiciones resultan bastante accesibles.
Si la persona acerca su propio marco del lente y solamente pide que se coloque el cristal con la protección adecuada, el precio va desde G. 30.000 hasta G.50.000, aseguró.
En caso de que estos precios sean igualmente elevados, dijo que desde el Ministerio de Salud tienen convenios con organizaciones que facilitan la adquisición de los lentes a un menor precio, como el Club de Leones o el Rotary Club.