Así vivieron golpe del ‘89

A 28 años del derrocamiento del dictador Alfredo Stroessner, los seguidores de ABC Color en Facebook compartieron sus recuerdos de aquel febrero de 1989.

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Un sinfín de recuerdos permanecen en la mente de los paraguayos que vivieron en carne propia aquella noche del 2 y madrugada del 3 de febrero de 1989, cuando un golpe militar logró derrocar la dictadura de Stroessner. ¿Qué recuerdan nuestros lectores?

Adalberto García recuerda que era el cumpleaños de su padre y que volvían de la casa de un pariente. Luego, una vecina activista del Partido Colorado avisó que había un 'pleito grave' entre Stroessner y un tal Rodríguez, por lo cual recomendaron que se aguarde dentro de la casa. “Apenas entramos, se escucharon disparos y ni la radio ni la televisión tenían señal. Barrio Obrero estaba a oscuras y en el centro se veía el resplandor de las bombas”

El lector Nelson Bobadilla recuerda que, por aquel entonces, apenas era un niño que pasaba sus horas a bordo de su bici. “Estaba andando en mi bicicleta en la plaza que queda detrás del BCP y se fue la luz. Yo tenía 9 años y era vecino del Gral. Rodríguez”, menciona.

“Se fue la luz y se escuchaban explosiones”, comenta Alam Vera, quien también tenía 9 años. “Vivía cerca de la Curva de la Muerte”. A pesar de los años, sin embargo, algunas cosas se perfeccionaron. “Hoy día se va la luz todos los días y escucho explosiones de reclamos de justicia del pueblo”.

Olga Albariño, por su parte, rememoró que aquella noche estaban escuchando Radio Nacional, cuando -de repente- se cortó y su padre -ahora fallecido- dijo: “Oúma katu el golpe (ya viene el golpe)”. Y, efectivamente, fue así. “¡Cómo olvidarlo!”, menciona. Cuenta que al día siguiente su padre puso la polca liberal y los vecinos se sorprendieron porque eso, en aquella época, estaba prohibido.

Félix Fernández narró que estaban en el cumpleaños de un sobrino cuando se escucharon los disparos y llamaron a la comisaría 7ª para averiguar de qué se trataba. Recibieron la orden de que se queden en sus casas ,“y así lo hicimos”, cuenta. “Toda la noche y madrugada escuchamos Cáritas, 1º de Marzo; la proclama y emisoras de Buenos Aires, Argentina, daban la noticia del golpe militar. Era una noche muy calurosa y luego vino la lluvia y la alborada de una nueva época”.

“Estábamos durmiendo en la terraza, sobre la avenida General Santos, cuando de repente se escuchan explosiones y yo le pregunté a mi papá si Olimpia había ganado, por ese motivo sonaban las bombas”, detalla Carina Astigarraga. Me contestó que no y nos bajamos al primer piso. Él tenía una radio pequeña donde escuchaba las noticias y desde el pasillo veíamos los tanques pasar y a la gente que corría desesperada, algunos se quedaron en casa a refugiarse. Yo era niña y no entendía lo que sucedía”, resume.

Eliodoro Ríos Bael refirió que su padre le despertó y le dijo: “'Epu'â, ho'a Stroessner (¡levantate, cayó Stroessner!)'... Y me dio escalofríos”.

Para Óscar Vega, el momento en que vio a Stroessner subiendo al avión para ser deportado, con la cabeza gacha, fue “uno de los días más felices”. “A tantos compatriotas deportó y mandó asesinar (...) ¡A cuántas niñas violó! Y seguro que hay gente que lo defiende...”, reflexiona.

“Yo estaba embarazada cuando eso”, recuerda Mabel Jara. “Los muchachos, todos iban a mirar los tanques que pasaban por Artigas. Todo el mundo estaba asustado por lo que iba a pasar. Al ver al presidente salir del país era toda una fiesta por las calles”.

La dictadura le tocó de cerca a la ciudadana Zulma Cantero. “Estaba inmensamente feliz esa mañana porque mi tío hacía 25 años que no podía pisar tierra guaraní por cuestiones políticas. ¡Iba volver a casa por fin!”, comenta. “Fue mucho el sufrimiento de la familia, pero ya quedaba en el pasado en ese hermoso e inolvidable día: 3 de febrero del 89”.

Algo que no deja de incomodarle a Zulma son los periódicos elogios al gobierno del dictador. “Cuando la gente estúpida dice que antes vivíamos mejor, me siento de lo peor. Nadie puede ser feliz en la opresión. La libertad es (un derecho) inalienable de los seres humanos y, de paso, de todos los seres vivos”.

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