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El Dr. Chaparro, neumólogo y exdirector del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram), lamentó que el acoso por parte de Morínigo llegue a tal punto de poner en riesgo la vida de una pequeña paciente.
Comentó que el pasado jueves 22 de enero se encontraba en la sala con una niña de un año y cuatro meses de edad con anestesia general, en un procedimiento llamado broncoscopía rígida intervencionista, cuando dos personas en representación de Recursos Humanos se le acercaron para firmar su asistencia.
Indicó que el procedimiento que realizaba -mediante el cual se busca ver el interior del sistema respiratorio- demanda una extrema tranquilidad por parte del profesional, además de las previsiones necesarias de todo tipo de las situaciones para evitar algún daño. “Es de alta tecnología, eficiencia, concentración y tenés que tener tranquilidad, estar tranquilo”, refirió.
El especialista comentó que los “hostigadores” -como se refirió a los funcionarios que le pedían su firma en pleno procedimiento médico- le acosaban cuando se encontraba ante una criatura anestesiada. “Ya entramos y (la niña) tenía la garganta obstruida; busco a uno de mis ayudantes... y ahí vienen a hacer controles y me dicen que tengo que ir a firmar”, lamentó.
Señaló como agregado que inclusive tanto él como sus ayudantes ya habían marcado entrada al ingresar al hospital. “Tengo que ir a marcar otra vez que estaba en mi lugar de trabajo”, expresó en contacto con Canal 100. Comentó que los funcionarios que le reclamaban su firma ni siquiera tenían portanombres. “Esto es lo que Morínigo llama orden administrativo; es un sistema de amedrentamiento, delación y represalia”, cuestionó.
Advirtió que en este caso particular el hostigamiento pudo haber puesto en peligro la vida de una pequeña paciente si él personalmente no mantenía la calma y no volvía a sus labores rápidamente, pese al acoso. “Esto pudo terminar muy mal”, aseveró el especialista. Criticó el nivel de amedrentamiento del director del instituto y reafirmó que esta actitud ya pone en riesgo la salud de los mismos enfermos que acuden al sitio. “Que esto quede como antecedente ante otras circunstancias parecidas, si algo le pasa a un paciente”, refirió.
Insistió en que la broncoscopía rígida exige absoluta tranquilidad del médico interviniente y se trata de un procedimiento tan delicado que solo algunos profesionales lo practican en el país. “Tengo la capacidad de manejar esta situación y poner freno a lo que pasa ahí (el amedrentamiento) para concentrarme en la niña... Pero la forma de reaccionar de cada médico es diferente”, agregó.
Chaparro señaló que el suceso que tuvo que soportar el jueves pasado, ante una niña anestesiada, es solo una muestra del “retroceso terrible” que se vive en el Ineram de manos del actual director. “El Ineram pasando el momento más crítico de su historia”, aseveró. Denunció que el doctor Carlos Morínigo intenta imponer un sistema cuasi dictatorial con los funcionarios. “La medicina y la salud pública no se mejora con el látigo en la mano ni con las botas y eso es lo que trata de implementar el director”, refirió.
El profesional indicó que Morínigo justifica el amedrentamiento al señalar que se trata de “un orden administrativo que dice que levantó el avispero”. “Eso es una burla al trabajo denodado de los médicos y enfermeras; el Ineram venía progresando en el sentido asistencial y en calidad de atención, que era reconocida no solo nacional sino internacionalmente”, aseveró.
Cuestionó que se intente atemorizar a todos los trabajadores de la salud en el lugar, donde además se implementa un sistema de delación. “En cada sector del hospital, todo el personal se cuida del otro, porque ese puede ir y cuenta cosas”, lamentó.