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La de José María Ibáñez es una condición que podría considerarse hasta envidiable. El diputado procesado por estafa por el caso de sus caseros de oro, tendrá a partir del próximo sábado casi cuatro meses de vacaciones corridas luego de que el pleno de la Cámara Baja decidiera aprobar el pedido de permiso presentado por el mismo alegando “motivos personales”.
Gracias al voto de 48 de sus colegas, Ibáñez estará de “permiso sin goce de sueldo” desde el próximo 1 de noviembre hasta el 20 de diciembre. Es decir, un total de 49 días. Llamativamente, el período finaliza justo en el último día hábil de los legisladores que a inician el 21 de diciembre el largo período de receso que se extiende hasta el 1 de marzo.
Si bien Ibáñez no cobrará su jugoso sueldo en estos días, seguramente si percibirá lo correspondiente a los días que “trabajará” en diciembre y a los meses del receso parlamentario.
En total, a partir de este fin de semana el diputado colorado tendrá 119 días libres corridos; un beneficio que difícilmente podría recibir un trabajador normal.
Ibáñez es procesado por estafa luego de que en 2013 una investigación periodística de ABC Color demostrara que había incluido en la nómina de funcionarios de la Cámara de Diputados a tres empleados domésticos que cumplían funciones en su casa.
Una gran sorpresa se llevaron los tres cuando confirmaron que no solo figuraban como funcionarios legislativos, sino que de acuerdo a la nómina cobraban sumas que en realidad ellos no recibían. El dinero era retirado por la esposa de Ibáñez, quien en principio trató de negarlo pero que con el paso del tiempo terminó pidiendo disculpas a la ciudadanía.
Semanas atrás, tratando de quedar sin antecedentes y libre de una posible pena privativa de libertad, Ibáñez reconoció la comisión de los hechos y planteó una restauración consistente en donaciones para el Hospital de Clínicas y de Itauguá, acogiéndose así a una suspensión condicional del procedimiento. Cuando la fiscalía ratificó el pedido de juicio oral, el colorado trató de volver sobre sus pasos negando que hubiera aceptado la culpabilidad del delito.