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Desde las últimas horas de ayer se iniciaron las precipitaciones en esta ciudad, y continúan hoy las lluvias ligeras, pero la ciudad no se inunda porque un gran sector de la urbe se encuentra sobre una pronunciada pendiente.
Las aguas que caen fluyen hacia el arroyo Espajín. En ese lugar, las aguas sí ya ingresan a viviendas de familias de escasos recursos. Sin embargo, los temporales que se registraron en el sur y en el departamento central del país afectaron a más de un millón de personas que fueron evacuadas por las inundaciones, causadas por las intensas lluvias.
Ante estos fenómenos naturales, la máster en ciencias ambientales Antonia Ramona Martínez Brignardello dijo que es urgente que las autoridades nacionales se pongan en acción para detener el enfado de la naturaleza, que será más fuerte con el paso tiempo, trayendo consecuencias catastróficas y mortales. "Dios perdona, pero la naturaleza no", expresó la especialista.
En ese sentido, señaló que las intensas precipitaciones, ráfagas de viento, granizadas y tormentas eléctricas permanentes son producto del enfado de la naturaleza y la única manera de apaciguarla es encarando una campaña de reforestación, para detener la tala masiva que realizan los productores de soja y ganado vacuno para acceder a más dinero. "Debemos entender que la codicia por el dinero es la causa de estos problemas ambientales, debido a que las personas con mucha plata son adictas a la misma y destruyen la naturaleza para adquirir más monedas", expresó la ambientalista.
En ese sentido, sostuvo que la corrupción influye en la deforestación del territorio, debido a que las autoridades nacionales que se enriquecen a costa del pueblo son las que adquieren miles de hectáreas para talar indiscriminadamente miles de árboles.
Afirmó que por ese motivo no aplican la ley de deforestación cero, y los parlamentarios tampoco enfocan en sus sesiones los problemas que se vienen con el calentamiento global, que traerá hambre y pobreza.
Explicó que debido al desequilibrio climático, los agricultores que cultivan algunos rubros para la venta no llegan a comercializarlos, debido las prolongadas sequías y las permanentes lluvias, que impiden el desarrollo y la cosecha de sus rubros, causándoles grandes pérdidas económicas.
Martínez Brignardello resaltó que si continúa la deforestación masiva y se sigue arando la tierra para los cultivos con el uso de agrotóxicos, además de la fumigación aérea de los sojales que contamina el medio ambiente, el suelo perderá su fertilidad.
Antonia Ramona Martínez manifestó que por eso muchos campesinos ya no amarán sus tierras y las abandonarán para trasladarse a las ciudades, donde tampoco encontrarán fuentes de trabajo y se dedicarán de lleno a la delincuencia, remarcó.
Instó a los terratenientes que aún tienen reservas forestales a que no las destruyan y colaboren en el cuidado de la naturaleza, además de que reforesten sus propiedades por iniciativa propia.
La ambientalista también sostuvo que hasta los grandes ricos con el tiempo se empobrecerán, porque no podrán cultivar la soja u otros rubros ni criarán ganados, debido a que por los efectos del calentamiento global las tierras ya no serán fértiles, y hasta tienden a desaparecer los pastizales. Al respecto dijo que la misma humanidad es la que destruye al planeta, por lo que es la misma humanidad la que debe desarrollar una campaña mundial para que no acontezca el fin del mundo, que ya se avizora, remarcó.
La máster expresó que los recursos forestales nativos y los animales silvestres ya están en vías de extinción, y son los eslabones de la cadena ecológica que deben protegerse, porque si la cadena se rompe, la furia de la naturaleza seguirá respondiendo con estos fenómenos climáticos que actualmente vivimos, concluyó.