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Este atractivo natural ubicado en lo que fuera la Isla Yacyretá del municipio es uno de los destinos más elegidos por los extranjeros y connacionales; sin embargo, poco a poco va desapareciendo.
“Antes de que construyeran la represa de Yacyretá tenía unas 15 hectáreas y era habitada”, comentó Eriberto Sánchez, exisleño. Dijo que cuando empezó a subir la cota, gran parte quedó bajo agua. En el lugar incluso había animales que tuvieron que evacuar antes de que se inundara toda esta zona, contó.
El traslado hasta las dunas tiene un costo de G. 60.000 por persona. Luego de adentrarse la embarcación unos 30 minutos en el río Paraná, se llega hasta las dunas, donde los montículos de arena reciben a los visitantes. Lo que queda son apenas los restos de esa isla, que poco a poco las olas van erosionando.
Técnicos de la Entidad Binacional Yacyretá en algún momento consideraron que una de las alternativas viables para mantener las dunas sería el refulado de la zona, para cargar nuevamente las islas, pero esa acción no se llevó a cabo.