Corte: contradicciones de un polémico candidato

Óscar Rodríguez Kennedy se presentó hoy en audiencia de candidatos a la Corte Suprema. El polémico exjuez se identificó con ideologías muy contrapuestas durante su carrera de estudiante, magistrado y político.

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En la audiencia pública de presentación de los candidatos a ministros de la Corte Suprema de Justicia, Rodríguez se declaró este jueves como de idelogía “visceralmente anticomunista” tras recordársele que denostó contra la prensa y alabó el gobierno del dictador Alfredo Stroessner, en el año 1983, desde la columna “Hablando claro” en el oficialista diario Patria. El letrado se justificó pidiendo perdón a toda la prensa y afirmó que se trataba de un joven abogado en ese momento.

En las elecciones de 1993, el entonces juez tomó una decisión considerada anticonstitucional y antidemocrática al prohibir la labor de quienes iban a brindar informes de boca de urna o contar detalles de los comicios por los medios de comunicación.

En la audiencia también se le recordó que siendo magistrado judicial ostentaba una foto del entonces general Lino Oviedo en su despacho, hecho que lo enervó afirmando que se trataba de una foto familiar, ya que el extinto militar era el padrino de su hija. "¿Acaso uno no puede contar con una foto familiar?", preguntó elevando la voz.

A pesar de que hoy afirmó ser abiertamente anticomunista, el candidato a la Corte Suprema de Justicia también intentó lograr espacios electorales dentro del Partido Colorado cuando dejó la magistratura. En julio de 2006, cuando el presidente Nicanor Duarte Frutos flirteaba con los gobiernos de izquierda de la región, Óscar Rodríguez Kennedy se puso una boina y chaqueta verde para declararse “chavista” en un mitin de su movimiento en honor al entonces presidente venezolano Hugo Chávez.

En esa ocasión dijo estar contra el "imperialismo salvaje, miserable y explotador". Creía que el Partido Colorado estaba desviado ideológicamente y que “EE.UU. se ha equivocado en su política con Latinoamérica y es por eso que surge la figura emblemática de Chávez y se fortalece Evo Morales (presidente boliviano). El Departamento de Estado norteamericano sataniza a los líderes que tienen olor a pueblo y entroniza a las oligarquías plutocráticas", afirmaba en ese entonces.

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