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La cartera de Estado emitió este domingo un boletín en el cual recuerda los resultados de un estudio publicado en el año 2002 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Se trata de una publicación que en uno de sus capítulos derriba el extendido mito de que la vitamina C previene resfríos y la gripe. “Es una creencia común, mencionada también por algunos científicos, que dosis abundantes de vitamina C previenen y reducen los síntomas del resfriado común (coriza). Esta afirmación no se ha comprobado. Un extenso estudio sugiere una reducción modesta en la severidad de los síntomas en quienes toman vitamina C medicinalmente, pero la vitamina no evitó los resfriados”, señala al respecto el volumen del organismo internacional denominado Nutrición Humana en el Mundo en Desarrollo.
De igual manera, el trabajo científico hace hincapié en la importancia de consumir regularmente alimentos ricos en vitamina C, ya que previene enfermedades como el escorbuto. Igualmente, la carencia de esta sustancia genera sangrado de encías y lenta cicatrización de heridas. “El ácido ascórbico es necesario para la formación y mantenimiento adecuados del material intercelular, sobre todo del colágeno. En términos sencillos, es esencial para producir parte de la sustancia que une a las células, así como el cemento une a los ladrillos”, refiere.
La publicación de la FAO señala además que la vitamina en cuestión es un “agente antioxidante” y “puede reducir la acción perjudicial de los radicales libres”. “Es también importante para mejorar la absorción de hierro no-hemínico en alimentos de origen vegetal”, agrega.
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Respecto a las fuentes de vitamina C, se recuerda que en general se encuentran en frutas y hortalizas. “Los plátanos y los bananos son el único alimento básico que contiene proporciones adecuadas de vitamina C. Las hojas verdes de color oscuro, como la espinaca, contienen mucha más vitamina C que las hojas pálidas como el repollo y la lechuga”, resalta.
La vitamina C se encuentra dentro del grupo de las llamadas hidrosolubles; es decir, se disuelven en el agua y las cantidades sobrantes se desechan a través de la orina. De ahí la importancia de que el suministro sea constante.