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El actual gobierno prometió su mantenimiento para garantizar la operatividad hasta que comience la reconstrucción, pero no cumple con su palabra. La atención es mínima y solo en algunas partes, llenando con arena o piedras los baches y cráteres, dan una solución de pocas horas.
La ruta empeora cada día por falta de atención, por las lluvias que aceleran el deterioro de la ya débil estructura y sobre todo esto circula el intenso tráfico pesado.
El 90% del gas licuado de Bolivia se importa por la Transchaco, además de unos 1.200 animales y 400.000 litros de leche industrializada y otras cargas más con productos agrícolas que se transportan cada día a la capital. También circula el transporte de pasajeros, un drama adicional para conductores, pasajeros y los vehículos mismos.
Dejando la Transchaco sin o casi sin atención alguna, el gobierno no dimensiona el actual aprieto y sufrimiento de la población, que además vive momentos de emergencias por lluvias.
Según los anuncios oficiales, la reconstrucción de la Transchaco se iniciaría en el segundo semestre de este año, con los primeros dos de ocho tramos que hay en total, es decir del Km 326 hasta 450, uno de los peores tramos.
También se promete duplicar la ruta desde el km 50 hasta 450, con puentes nuevos y viejos arreglados y una reconstrucción del tramo original desde Villa Choferes del Chaco hasta Mariscal Estigarribia y los accesos a Filadelfia, Loma Plata y Neuland. Estos trabajos serán financiados por la Corporación Andina de Fomento (CAF) con unos G. 400 millones y del BID con 160 millones de dólares.