Cargando...
La historia de la plata yvyguy viene de los dichos populares que señalan que las familias millonarias de Paraguay, para que sus tesoros no caigan en manos extranjeras durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), enterraron lingotes de oro, joyas de oro y plata, además de todo tipo de piedras y monedas preciosas.
Según la creencia popular, cuando la noche se hace más negra y un resplandor mata por segundos la oscuridad en la lejanía, en ese sitio hay plata yvyguy. También en los días en que amenaza una tormenta, los relámpagos muestran el camino para llegar al lugar donde está el oro.
Hace años, la gente se embarcó en la búsqueda de estas riquezas, al igual que la gran fiebre del oro que tuvo lugar en Estados Unidos, entre los años 1848 y 1855, cuando la gente se volcó a la zona de California para sacar todo el oro que había en esa región.
El mito de la plata yvyguy ya se cobró muchas vidas, puesto que las excavaciones se hacen de forma irresponsable y los derrumbes sepultaron la esperanza y la vida de los buscadores de tesoros.
A partir de la búsqueda del oro y los consecutivos fracasos, para tratar de mantener la esperanza del hallazgo comenzaron a surgir las leyendas tales como que la plata yvyguy solo se hace “encontrar” ante personas buenas y de noble corazón.
Si una persona tiene malas intenciones, por más que encuentre el lugar exacto donde excavar, el oro se muda de lugar, reservándose solo para los hombres nobles.
En el interior del país se tejieron miles de historias sobre la plata de la época de la guerra y hay numerosos relatos de personas que encontraron los tesoros.
No solo los campesinos caen en la tentación de cavar y cavar: También empresarios y hasta el ministro de la Corte Suprema de Justicia, Víctor Núñez, hace algunos años se asoció a un grupo de buscadores de tesoros y excavaron en el Parque Caballero, sin éxito.
También el tema inspiró a los escritores paraguayos que realizaron obras cumbres con el tema de la plata yvyguy.
Generalmente, estas búsquedas terminan en tragedia, como la que ocurrió el domingo en Areguá, donde quedaron sepultados tres hombres, que hasta ahora no pueden ser rescatados.