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En la mañana del 21 de setiembre, Cecilia Cubas saludó con una felicidad inmensa a su madre Mirta Gusinky; es que empezaba la primavera en aquel cálido día del 2004, según declaró en los juicios la madre de la víctima.
En la tardecita del 21 de setiembre, Cecilia Cubas salió de la empresa “Cuatro P”, perteneciente a la familia y ubicada en Fernando de la Mora. Tomó el camino de siempre rumbo a su mansión en el barrio Laguna Grande de San Lorenzo.
A bordo de una camioneta Nissan Patrol, faltaba poco para llegar a su mansión, pero dos automóviles interrumpieron su marcha.
De los rodados descendieron hombres vestidos de negro, fuertemente armados. Presa del susto, a gritos, la joven intentó retroceder la camioneta, pero uno de los secuestradores inmovilizó el rodado disparando al radiador.
Con un mazo rompieron el parabrisas trasero de la camioneta y ante la mirada de temerosos albañiles que se refugiaron en una construcción, los secuestradores llevaron a la joven hija del expresidente de Paraguay Raúl Cubas Grau. Esos trabajadores fueron testigos de los últimos instantes de libertad de Cecilia.
Mirta Gusinky escuchó los disparos y a través de una pequeña ventana de la mansión Cubas observó los destellos del ataque. Desesperada, corrió hasta el lugar acompañada de un guardia militar y encontró la Nissan de su hija, pero ni rastros de ella. Todo esto fue relatado en los juicios.
El 16 de febrero de 2005, Cecilia Cubas fue hallada sin vida bajo una vivienda del barrio Mbocayaty de Ñemby. El suceso impactó en la sociedad paraguaya, que exigió justicia al gobierno del aquel entonces presidente Nicanor Duarte Frutos.
Un total de 20 condenados durante tres juicios realizados en los años 2006, 2007 y 2012 fue el resultado de la investigación sobre el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas.
El EPP creció y sus principales líderes –supuestamente involucrados en el caso Cecilia– nunca fueron detenidos. Ellos son Manuel Cristaldo Mieres, Osvaldo Villalba, Magna Meza, Lorenzo González, Alsides Mereles e Isax Burgos.
En enfrentamiento con la Policía en el 2010 fallecieron Severiano Martínez, Nimio Cardozo y Gabriel Zárate Cardozo, todos buscados por el caso Cecilia.
Alejado del grupo criminal pero requerido por esta causa es Óscar Benítez. Desde aquel mortal secuestro, el EPP perpetró ataques a puestos policiales, militares, el Palacio de Justicia y la Fiscalía; también realizó más secuestros.
Como un mensaje que estaban intactos y con ganas de seguir creando más terror en la población, el EPP apareció en Capitán Giménez, Horqueta, departamento de Concepción, en la noche del 21 de setiembre de 2011.
Los suboficiales Ignacio Casco Vargas y Salbador Fernández estaban solos en la subcomisaría 10ª de Capitán Giménez, ya que sus cuatro compañeros se encontraban en otros puntos de la zona.
La edición impresa de ABC Color recordó que aproximadamente a las 22:00, los milicianos del EPP rodearon la subcomisaría. Casco, quien montaba guardia, se encerró en la precaria sede policial y pidió ayuda por radio a las comisarías de la zona.
El suboficial Casco se rindió al verse superado en número; salió con las manos en alto de la subcomisaría, creyendo que eso lo salvaría pero estaba equivocado. Recibió un balazo que terminó con su vida.
El policía Fernández intentó escapar por la parte trasera de la subcomisaría, pero en el monte ya lo esperaba otro grupo del EPP. El uniformado fue ejecutado en la oscuridad.
Con este cobarde doble asesinato, los del EPP recordaron el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas. El gobierno del entonces presidente Fernando Lugo movilizó a policías y militares, pero nadie fue detenido.
A un año del ataque de la matanza, nadie fue detenido ni mucho menos condenado. Nuevamente Cristaldo Mieres y Osvaldo Villalba aparecieron como sospechosos, pero esta vez acompañados del joven Bernardo Bernal Maíz (19).