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Cerca de las 4:00 del martes pasado, las calles de barrio Obrero estaban desoladas cerca de la cancha del club Cerro Porteño. Una niña de seis años y la tía descansaban plácidamente, mientras que la dueña de la vivienda se encontraba en un supermercado de Sajonia, realizando un inventario.
El silencio del lugar fue interrumpido por un pequeño ruido que fue suficiente para despertar a la pequeña. Quizá pensó que era su mamá, que por fin llegaba, pero cuando se dirigió a la sala encontró a hombre bajito, con quepis, que estaba revisando el lugar, contó a ABC Color la mamá de la menor y dueña de casa.
“¿Quién sos?”, le preguntó la nena y recibió una áspera respuesta de “nadie” por parte del joven. El delincuente aprovechó que la puerta no estaba llaveada, porque la tía se olvidó de hacerlo, por lo que levantó la cortina que da sombra a la habitación, a fin de tener más claridad, contó la madre.
La nena se paró al lado mismo del ladrón, con un miedo que no le impidió defender sus pertenencias y las de su mamá, a su modo infantil. “¿Qué hacés en el ropero de mi mamá?”, preguntó la menor, recibiendo una vez más la misma respuesta del maleante.
“No lleves las cosas de mi mamá y esa cartera, porque son los regalos de Reyes”, le pidió la nena al ladrón, pero sin recibir una respuesta.
El ladrón sacó una pequeña cocina, una plancha y dos carteras, una de ellas vacía y la otra con las muñecas de la nena.
“¿Dónde está el celular?”, fue esta vez la pregunta del ladrón y la nena se limitó a decir: “Mi mamá tiene” e inmediatamente preguntó el sospechoso: “¿Dónde está tu mamá?” y la niña dijo: “En el trabajo”, manifestó a ABC Color.
La tía finalmente escuchó lo que pasó y de un grito se sumó a las preguntas: “¡¿Quién sos?!” y entonces el ladrón escapó con el botín, excepto lo más preciado para la niña: su cartera con los juguetes que le trajeron los Reyes Magos.
La dueña llegó a la casa a las 6:00 y enseguida su hermana le contó que un ladrón ingresó horas antes, a las 2:00. La entrevistada admitió que creyó la versión, pero la nena le dijo: “No es como cuenta tía, yo te voy a decir cómo fue”.
A la mañana, la nena le contó lo que sucedió y su mamá no le creyó; la menor entonces luego fue a una despensa que queda al lado de la casa y le contó al respecto al dueño, quien le ofreció ver lo registrado por el sistema de circuito cerrado que tiene el local.
Después acudió la madre de la niña a la despensa y entre todos vieron las imágenes. Como no encontraban esa escena específica, estaban por desistir -por no ser creíble la versión de la menor-, pero la niña insistió, hasta que apareció la temible imagen del ladrón frente a la casa.
En el video se observa el momento en que ingresó y luego cuando salió de la casa. Finalmente, la versión de la pequeña heroína fue creída.
Pese a que sus juguetes no fueron llevados, la nena quedó triste, porque se siente responsable del robo de la cocinita de su mamá. Frente a nosotros, la menor, con un rostro acongojado, le pidió a su madre vender los juguetes y comprar una nueva cocina.
La madre le respondió con el tipo de sonrisa que solamente una mamá puede brindar a sus hijos.
Con sus seis años, la pequeña fue una heroína, porque, a su modo, defendió su casa. Ayudó en el hecho que el ladrón haya actuado solo y no les haya daño a las dos.
La cuadra está poco iluminada y con casi nula presencia policial, aseguraron los vecinos. La nena evitó lo que pudo ser un robo mayor, mientras que los vecinos ayudaron con la cámara de circuito cerrado a identificar al ladrón.