La milanesa más rica de Buenos Aires, en Asunción

El paraguayo Christian Franco se hizo famoso en Argentina por preparar la mejor milanesa de ese país en su restaurante de Villa del Parque. Ahora, desembarca en Paraguay para deleitarnos con sus suculentas y gigantescas "milangas".

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Todos nos sentimos orgullosos cuando Christian Franco, nuestro compatriota, apareció en tapa del diario argentino Clarín en julio del año 2017, luego de ganar un premio en el que se destacó entre otros 32 restaurantes.

Los que tuvieron la oportunidad de viajar a Buenos Aires, Argentina, no perdieron el tiempo y fueron a probarla directo en su local, pero los que aún no hemos tenido el placer ya no tenemos por qué privarnos de este manjar.

Desde el martes 15 de enero, el restaurante El Bodegón abre sus puertas en Paraguay con la misma esencia bonaerense y el inconfundible toque guaraní que Franco siempre le puso a su especialidad: las milanesas.

A partir de las 11:30 del martes, usted puede acercarse al local ubicado sobre la calle Palma entre Nuestra Señora de la Asunción e Independencia y pedir una milanesa.

Un consejo: no se asuste del tamaño ni tampoco del precio. El corte es de una medida descomunal y cuesta en promedio G. 170.000. Pero, tranquilo, se puede comer entre cuatro personas, así que solo es cuestión de hacer la famosa “vaquita” y distribuir los gastos para compartir algo rico.

En caso de que usted quiera ir con su pareja y solo quiera una porción para dos, también tiene la opción de una milanesa un poco más pequeña, a un costo de G. 77.000.

Franco garantiza que la experiencia de visitar el restaurante será enriquecedora y que los comensales tendrán ganas de regresar.

El milanesero empezó de abajo, como lavador de cubiertos en un restaurante. Trabajaba 20 horas por día y no salía a la calle, porque no tenía a dónde ir. Así, bien desde abajo, comenzó este sacrificado paraguayo.

Durante dos años durmió en el piso. Mientras su restaurante surgía de a poco, cocinaba y atendía a los clientes. “La necesidad me hizo ser exitoso”, cuenta Franco.

Bromea diciendo que fue “más vivo que los argentinos” porque les dio exactamente lo que ellos querían y realizó un buen marketing, que marcó la diferencia.

Para él, el premio que ganó no fue solo el trofeo, sino un premio de la vida al sacrificio.

Recuerda, entre risas, que al día siguiente de haber ganado el premio a la mejor milanesa, el local se le abarrotó de clientes, hasta el punto de que ni él mismo podía entrar a su restaurante.

Hoy, tiene una nueva meta y confía en que la logrará. "Quiero ser profeta en mi tierra", dice ilusionado, mientras pone a punto cada detalle para abrir al público la semana que viene.

 

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