La meta es disminuir la contaminación para 2018

En conmemoración del Día Mundial del Agua, nuestro país se propone reducir la contaminación de sus cursos hídricos y aumentar la cobertura en el suministro de agua potable en hasta el 75 % de los hogares para el 2018.

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Actualmente, la cobertura en el suministro de agua potable alcanza al 64 % de la población, según el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), lo que lo convierte en el país de América Latina con menor cobertura en ese servicio, con casi un 40 % de la población sin acceso a este recurso.

La cifra se mantiene en términos similares desde 2005, cuando el informe “Usos del agua en Paraguay” del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa) cifraba en un 63,2 % la cobertura, lo que implicaba que cerca de medio millón de hogares no contaban con agua potable.

El porcentaje de cobertura no alcanzó tampoco los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados hasta 2015, que establecían la cifra en un 65 % de cobertura, aunque el Gobierno paraguayo se había comprometido a llegar al 70,5 % en 2008, y al 80,5 % para 2015.

Además de ampliar el número de hogares que contarán con agua potable en el país, el Gobierno paraguayo se comprometió a efectuar trabajos de saneamiento que sirvan para evitar los efectos de la contaminación sobre las aguas.

En este área, el MOPC tiene proyectadas obras por valor de 425 millones de dólares, que servirán para instalar sistemas de alcantarillado sanitario y plantas de tratamiento de aguas residuales que beneficiarán a Asunción y a ciudades de su área metropolitana como Luque, Mariano Roque Alonso y Lambaré.

Estos sistemas prevén tratar las aguas para reducir la contaminación de los cursos fluviales próximos a la capital, como la bahía que forma el río Paraguay a su paso por Asunción, donde el baño está prohibido debido a los desperdicios cloacales y al alto nivel de bacterias fecales que van directamente a sus aguas.

El Ministerio también proyecta construir un sistema de alcantarillado sanitario de las subcuencas del lago Ypacaraí, próximo a la capital y uno de los principales atractivos turísticos del país.

El lago, que está rodeado por 19 localidades, sufre desde 2012 una importante contaminación a causa de los vertidos industriales y domiciliarios, lo que ha provocado la prohibición de las actividades recreativas.

Además de la contaminación de los cursos de agua superficiales, organizaciones ambientalistas alertan del riesgo de que las actividades agrícolas contaminen cursos de agua subterráneos y acuíferos.

La directora de WWF Paraguay, Lucy Aquino, explicó a Efe de que la fertilización de los suelos y la fumigación de cultivos con productos químicos tóxicos está contaminando las aguas subterráneas y pone en peligro la calidad del Acuífero Guaraní, considerado el tercer reservorio de agua dulce más grande del mundo.

“El uso de químicos en los cultivos de soja puede llegar a contaminar el Acuífero Guaraní, uno de los reservorios de agua más grandes del mundo. El cultivo de soja está avanzando sin que haya un equilibrio entre la producción y los sistemas de control de las leyes ambientales”, dijo Aquino.

Solo un 11 % de la población paraguaya tiene acceso al servicio de alcantarillado por la red colectora, mientras que el resto de la población elimina sus afluentes mediante pozo ciego o directamente lanzan los desechos a cursos de ríos y arroyos, según las autoridades.

Paraguay, con casi siete millones de habitantes, es el país de mayor potencial hídrico en la región, ya que cuenta con una disponibilidad de agua de 67 millones de litros por habitante por año, según WWF.

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