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Gabriel Ríos Benítez, de 10 años, falleció a las 10:00 de ayer cuando estaba en su casa, ubicada sobre 34 Proyectada entre Brasil y Rojas Silva, del Bañado Sur. El niño había salido del sitio y regresó para rescatar algunas cosas; al ingresar, habría tocado una chapa en contacto con un cable de una conexión clandestina. Recibió una mortal descarga y falleció. Es el cuarto caso de damnificados que mueren electrocutados.
Víctor Romero, titular de la ANDE, volvió a reiterar este miércoles en conversación con radio ABC Cardinal que la conexión que provocó la muerte era clandestina e indicó que la función de la entidad no es la de verificar “si la gente volvió a conectarse”. “No tenemos cómo verificar si la gente volvió a conectarse. No tenemos cómo verificar. Por eso apelamos a la ciudadanía”, expresó el titular del ente estatal. “El medidor se retiró. Si la gente vuelve a reconectarse es una irresponsabilidad de las personas que hacen eso. Estamos para atender reclamos para abastecer energía y no para cortar energía”, agregó.
El comisario Juan Ramírez, jefe de la comisaría 24ª Metropolitana, confirmó que el niño es miembro de una familia de las muchas que tuvieron que abandonar sus casas por la crecida del río y que viven ahora en una de las precarias casas que se levantan en plazas. Romero agregó que la situación en las zonas inundadas es bastante delicada por el contacto que puede causar el agua con la corriente eléctrica. “Ellos (pobladores de la ribera) exigían que se reponga el servicio. Es gravísimo”, remató Romero.