Cargando...
“La verdad que es un momento muy difícil para mí y para mi familia”, comenzó diciendo Alessandro Zanotti en conversación con Radio ABC Cardinal en la mañana de este sábado. El joven de 30 años resultó herido con tres impactos de bala el 18 de junio pasado, cuando un grupo de agentes de la Senad abrió fuego sin mediar palabra alguna contra la camioneta en la que viajaban él y su familia.
En ese mismo procedimiento, Vivian, la pequeña sobrina de 3 años de Alessandro, recibió un impacto de bala en la cabeza y terminaría falleciendo poco después.
Zanotti manifestó que tanto su madre como él se encuentran en proceso de recuperación. El joven fue dado de alta el pasado fin de semana, luego de permanecer internado durante más de dos semanas como consecuencia de las heridas que recibió. “Por suerte ya estoy en casa. Estoy en casa, con la familia, estoy en recuperación. Estamos en la lucha”, indicó.
El joven puntualizó que todavía siente algunos dolores como consecuencia de las heridas, pero que trata de sobrellevar la situación de la mejor manera posible. De las tres balas que impactaron en su cuerpo, una que quedó alojada en su clavícula, no pudo ser extraída.
Alessandro recordó que en la tarde del criminal procedimiento de los agentes de la Senad, junto a su padre habían decidido salir a recorrer el cañaveral que es propiedad de su familia, a fin de observar los trabajos de cosecha.
Mientras realizaban el recorrido, se encontraron con dos camionetas negras sin chapa que se desplazaban a toda velocidad y les cerraron el paso. “Desde ese momento nos empiezan a meter tiros. A dos metros nos dispararon”, recordó.
“No sabía qué pensar si era secuestro o asalto, nunca supe qué era hasta que después me dijeron que era de la Senad”, continuó diciendo.
En total, dijo Alessandro, la camioneta recibió alrededor de 20 impactos. “Con balas le hicieron parar a la camioneta. Mi sobrinita y yo ya estábamos heridos”, acotó. En ese momento, su padre le dijo que se salvara él, por lo que abrió la puerta y corriendo se adentró en el cañaveral, aunque luego de poco tiempo cayó y quedó tendido en el piso, desangrándose.
“No sabía qué hacer, mi sobrinita estaba mal, le pegaban a mi papá. Después de un rato, papá me dice: “Ale, todo tranquilo. Ale, todo tranquilo. Salí”. Yo no quería salir porque no sabía lo que estaba pasando”, señaló. Al salir, fue auxiliado y lo llevaron al hospital.
Alessandro se había percatado que su sobrina había recibido un impacto de bala en la cabeza. Recordó que los agentes golpearon en varias oportunidades a su padre, llegando incluso a tirarlo al piso, preguntando si portaban armas. “No teníamos nada de armas”, aseguró.
El joven fue trasladado primero al hospital de Guarambaré y de allí hasta el Hospital de Trauma, hasta donde fue acompañado por un médico. “Un doctor se fue conmigo y fue el que prácticamente me salvó la vida. Estaba más o menos para irme ya, el doctor me salvó mucho en realidad”, afirmó.
Días después, recibió la desgarradora noticia de la muerte de su pequeña sobrina.
Aquel sábado, Alessandro estaba recorriendo la ciudad de Guarambaré cuando su padre le pidió ir a visitar el cañaveral. Por el camino, recogieron a su madre y a su pequeña sobrina, Vivian, quien insistió que le dejaran llevar sus juguetes de enfermera. “Parece que la criatura se dio cuenta de que iba a pasar algo, por eso quería llevar esos juguetes”, dijo.
Una de las más golpeadas por la muerte de la pequeña Vivian fue la madre de Alessandro, abuela de la niña. “Hasta ahora está mal ella. Estamos con tratamiento sicológico. (Mamá) Llora todos los días, le extraña a su nieta” aseveró.
“La verdad pensé muchísimo, pero no sé…No sé qué más decir de esta situación”, apuntó para luego precisar que su recuperación total requerirá unos seis meses y que debe pasar aún por otro procedimiento quirúrgico. El joven no pudo siquiera asistir a la entrega de su título como Ingeniero Agrónomo, debido a que se encontraba internado.
“Lo único que pido es justicia”, finalizó.