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En conferencia de prensa, el equipo médico aclaró que el pequeño Jesús Ariel Leiva Rojas seguirá en el Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu” conectado al dispositivo de asistencia cardíaca, conocido como “corazón artificial”.
“Con este chico todavía no tenemos un panorama muy claro; es un paciente de alto riesgo y grave. Estos equipos permiten que sobreviva hasta que llegue el donante”, explicó el médico Horacio Vogelfang, del Hospital Garraham de Argentina.
Según su experiencia, comentó, hubo pacientes en ese hospital que vivieron hasta dos años con el corazón artificial.
Sin embargo, el control será minuto a minuto, ya que hay pasos que cumplir hasta que el pequeño salga del quirófano, comentó.
Dijo que, después, Jesús Ariel podrá caminar, comer y realizar actividades físicas limitadas. “Primero le va a permitir sobrevivir y luego relacionarse con cosas de la infancia, siempre dentro del hospital. Mientras esté conectado no podrá salir”, explicó.
Por su parte, la jefa de Cardiología del Pediátrico, Nancy Garay, recordó que el corazón que precisa Jesús Ariel debe ser de un donante del grupo A y con un peso mayor a 25 kilos. “Él todavía está esperando un corazón”, sentenció.
Esta madrugada, el equipo médico del Hospital Pediátrico y del Hospital Garraham realizaron el procedimiento al niño Jesús Ariel, en el cual le colocaron un “corazón artificial”.
El niño es el primer beneficiado en Paraguay con esta tecnología; sin embargo, por la miocarditis dilatada que padece, sigue precisando de un corazón.