Repartija benefició a jefes

La mayor parte del dinero robado a Prosegur quedó supuestamente en manos de los comisarios José Dolores Amarilla y Joni Díaz; el resto fue repartido entre los demás policías, según fuentes de la investigación.

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La supuesta repartija del botín de G. 1.850 millones se hizo entre tres suboficiales y un oficial, pero al tomar conocimiento del robo, los comisarios Amarilla y Díaz ordenaron una nueva distribución.

Es así que la mayor parte, aproximadamente G. 1.000 millones, quedó en poder del comisario Amarilla y el segundo mejor monto lo tomó Díaz.

El resto del dinero fue repartido entre los demás, por lo que cada uno de los uniformados de menor rango se llevó entre G. 10 millones y G. 20 millones, según datos que poseen los investigadores.

Los policías de menor rango quedaron molestos debido al escaso monto que les tocó y uno de ellos brindó más detalles a los fiscales Nelson Ruiz y Osvaldo Caballero, lo que complicó sobremanera a los comisarios Amarilla y Díaz.

Por el delito de reducción están imputados los comisarios Amarilla y Díaz, el oficial Yoni David Mereles Martínez y los suboficiales Antonio Ramón Alcaraz Barreto, Pablo Daniel Díaz Cuevas y Hugo Alfredo Vigneaux Torres.

El 21 de febrero pasado, mientras hacían movimientos de caudales, el chofer de la empresa Prosegur Carlos González Mallorquín se apoderó del móvil que manejaba, abandonó a sus compañeros y supuestamente robó G. 1.850 millones

Por la noche fue hasta su casa en Ñemby, donde guardó dos bolsas con el dinero robado. Esto fue observado por un vecino, que avisó al suboficial Hernán Zelaya, quien vive en la zona.

Zelaya, a su vez, avisó a policías de la comisaría 7ª Central de Ñemby, quienes en la madrugada del 23 de febrero ingresaron a la casa de Basilicio González, padre de González Mallorquín, y robaron el botín.

En la patrullera se repartieron el dinero los suboficiales y el oficial. El subjefe de la comisaría 7ª, Joni Díaz, y el aquel entonces jefe de Orden y Seguridad de Central, Amarilla, se enteraron de lo que hicieron los policías y ordenaron una nueva repartija.

Zelaya, disgustado porque le despojaron del dinero, contó todo a los fiscales y quedó como testigo del Ministerio Público.

Por su parte, González Mallorquín se entregó la semana pasada y dijo que solo robó G. 600 millones, que los regaló posteriormente a los pobres, aunque esta versión posiblemente la dio ante el temor de represalias por parte de los policías implicados.

Todos los imputados se presentarán este jueves ante el juez Hugo Camé.

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