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“Nosotros, en terapia intensiva (para adultos), de las 37 que teníamos vamos a pasar a 32, porque eso es lo que dispone el pabellón (nuevo)”, indicó la Dra. Amalia Molinas, jefa del Departamento de Medicina Crítica del IPS, sobre la situación actual del nuevo edificio del Hospital Central, que, lejos de lo que se cree, recién a futuro podría implicar un aumento de camas en una de las áreas con mayor déficits, por la alta demanda.
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La mudanza también incluye el sector de Terapia Intensiva pediátrica, que ahora dispone de 24 camas en la planta baja del nuevo edificio y 11 camas para terapia intermedia. “Genera una gran preocupación para nosotros porque desde el 2015, cuando asumió, el presidente Benigno López prometió que en seis meses terminarían (el nuevo edificio). De eso ya pasó tres años y medio y ahora terminó la obra y otra vez nos quedamos un poco huérfanos de camas”, dijo por su parte Norma Colman, médica sindicalista de la previsional.
“La idea que tiene la dirección del hospital es hacer una readecuación de la parte vieja del 5º pabellón que estamos ocupando ahora y ser ocupado por la Terapia Intermedia, que tiene actualmente 11 camas y va a pasar a tener 33 camas; va a crecer con 22 camas más. Y la unidad coronaria que está situada en el 7º piso, que tiene 7 camas, va a crecer 11 camas más porque va a absorber los lugares de la terapia intermedia y tendríamos 18 camas de unidad coronarias”, indicó Molinas sobre los planes a futuro.
“Creemos que es una cosa muy terrible que salga en las redes sociales que tenemos ahora 56 camas más, cuando realmente tenemos menos camas”, expresó la representante del sindicato sobre el que fue catalogado el año pasado por el presidente Horacio Cartes como el “mejor seguro del mundo”.
Colmán dijo que incluso propusieron hacer refacciones en la parte vieja, “pero dicen que no se puede porque está en estado lamentable”. Agregó que no tienen una fecha estimada para las obras, mientras que “la necesidad de camas es urgente”.
La médica sindicalista además comentó que desde mediados del año pasado estuvieron trabajando con déficit de médicos porque varios salieron de vacaciones. “Sobrecargados es poco, porque todas estas vacaciones fueron cubiertas por residentes, lo que no es legal. Algunas zonas han quedado desabastecidas; nosotros llegamos hasta a suspender cirugías por falta de enfermeras, redujimos las camas en cardiocirugía y otros servicios que deberían contar con cuatro enfermeras quedan con dos”, explicó.
Molinas, por su parte, también reconoció el déficit de insumos, lo que genera que familiares de los internados asuman los gastos. “Si no hay, compran (los familiares). En realidad son varios (los insumos faltantes). Antibióticos que no está teniendo el IPS, tubos, pero todo lo que se necesita, y es lo que le decimos a la familia. Nosotros tenemos la obligación de pedirles para cubrir la necesidad del paciente”, dijo la directora del área.
Además de los problemas ya citados por ambas médicas, Colmán agregó que “se sobrecarga tanto enfermería, la parte médica, está sobrecargado consultorio y los servicios de métodos de diagnóstico. Gente que está dos meses esperando un electrocardiograma, ecocardiografía, colonoscopía", lamentó.