Cargando...
El guardia del cementerio de la Recoleta, Fernando Corvalán, aparentemente operaba junto con dos albañiles -identificados como Felipe Romero y Felipe Álvaro Ramírez- para profanar las tumbas y revender los féretros del lugar. Los tres sospechosos fueron detenidos luego de montarse una cámara oculta, mediante la cual un hombre se hizo pasar por representante de una firma funeraria y se puso en contacto con el grupo para adquirir dos ataúdes a G. 1.500.000 cada uno.
Benito Torres, asesor jurídico de la Municipalidad, lamentó que un funcionario de la Comuna se viera involucrado en el tráfico. “Es un hecho gravísimo; no solo estamos hablando de un hecho punible, sino de una ofensa a los seres queridos que tienen los asuncenos en ese lugar”, manifestó. Confirmó que el intendente Arnaldo Samaniego ya dispuso un sumario en el cementerio afectado e incluso se prevé extender la investigación a todos los camposantos de la ciudad, ante la posibilidad de que haya otros grupos que se dediquen al tráfico de ataúdes.
En la víspera se había anunciado la intervención del cementerio en cuestión y la imputación de los tres detenidos por hurto agravado y otros hechos punibles. Torres garantizó que la municipalidad está a disposición de la Fiscalía para colaborar en todo lo que sea necesario. “Estamos hablando de una cuestión altamente sensible”, insistió, en contacto con la 780 AM.
Mientras el Ministerio Público realiza su investigación, paralelamente la Comuna prevé indagar y mediante una auditoría determinar la cantidad de tumbas que habrían sido profanadas.