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Los delincuentes –como los calificó Núñez– ya arrasaron con el monte, a pesar de las reiteradas denuncias ante la Fiscalía del Medio Ambiente de Caaguazú, a cargo de la agente Matha Leiva.
En medio de su desesperación, dijo a nuestra corresponsalía que anoche habló con el comisario general William Giménez, director de Policía de Caaguazú, como también con la fiscala Leiva, pero al parecer se “tiraron la pelota”, ya que el uniformado le dijo que dependía de la agente fiscal, y esta, que dependía de la Policía.
“La última verificación que realizaron la Fiscalía y la Policía fue el 14 de marzo pasado, pero desde esa vez nunca volvieron a pesar del daño terrible que están haciendo a los bosques naturales. Ya no sabemos qué hacer, porque cada día los invasores más derriban árboles, que comercializan por todos lados. Es lamentable todo esto. A la fiscala Leiva le envié muchas veces fotos inclusive de camiones que llevan las maderas”, reveló Núñez.
Aseveró que ya había pasado los datos de los principales responsables de la descontrolada deforestación de la reserva, pero que, llamativamente, no hacen nada. “La Policía debería controlar el movimiento de los traficantes. Creemos que hay una posible complicidad de las autoridades encargadas de combatir este flagelo. Ahora se suma otro grupo más dentro de la propiedad, y todo es para hacer desaparecer los montes”, lamentó la mujer.
“Yo hablé con la fiscala del Medio Ambiente Martha Leiva, quien me dijo que se debe solicitar apoyo de la Policía para poder hacer el trabajo, y que le ayude, porque es difícil. Por eso, luego de mucha insistencia, hablé con el comisario William Giménez, quien me dijo que no había problema, que ellos están para resguardar la seguridad de la gente, pero que depende de la agente fiscal”, explicó.
A mediado del mes de julio del año pasado, en ese mismo lugar, dos efectivos policiales fueron asesinados a tiros en una hacienda ubicada en la colonia Bella Vista de Yhû, Caaguazú. Una estructura criminal dedicada al tráfico de rollos y marihuana habría ordenado el cobarde ataque.
Las víctimas fatales fueron identificadas como el suboficial 1° Ubaldo Remigio Aguilar Benítez y el suboficial ayudante Francisco Benítez Benítez, ambos, del Grupo Especial de Operaciones (GEO), dependiente de la jefatura de Policía del departamento de Caaguazú.
En esa ocasión, había resultado con herida de bala en la pierna Antonio Jorge Daniel Cantero (35), mientras que su compañera de trabajo Celia Ramona Guachiré Medina (37) había salido ilesa.
Estos dos son empleados de la firma “Agricom”, dedicada a la venta de implementos agrícolas, quienes casualmente se encontraban en el lugar y ahora son testigos claves del asesinato, señalaron.
La propiedad donde ocurrió el sangriento ataque pertenece a la señora Alba Núñez, y tiene una extensión de 8.000 hectáreas, de las cuales unas 7.000 son montes en estado natural. A raíz de las constantes invasiones de campesinos autodenominados “sin tierra”, y a pedido de la propia dueña, la policía destinó a cuatro uniformados para custodiar el lugar, y utilizaban el último retiro de la hacienda como base.