Interna del Buen Pastor falleció tras incendio

El pasado domingo se registró un incendio en la celda de aislamiento de la penitenciaría de mujeres Casa del Buen Pastor. Una interna resultó con severas quemaduras y falleció esta mañana en el Centro Nacional de Quemaduras.

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El hecho pasó prácticamente inadvertido, pero la noche del domingo 22 de octubre, una interna resultó seriamente herida a causa de un incendio en un calabozo de castigo en que había sudo encerrada el día anterior, tras un incidente con otras internas y con una de las guardias. La joven, identificada con sus iniciales A.A.M., tenía 25 años, era madre de un niño de dos años, estaba procesada por hurto y era adicta al crack.

Bajo los efectos, aparentemente, del crack, A.A.M. le pidió a una guardia, de apellido Barreto, que le diera G. 1.000, y ante la negativa de esta le arrebató su teléfono y una cadenilla, por lo que fue reducida, esposada y trasladada al “cuadrilátero” cerca de las 19:00 del sábado 21, a una pequeña celda de castigo que apenas mide 1 metro por 70 centímetros, aproximadamente.

De camino a la celda, la interna fue golpeada en la nuca y en otras partes del cuerpo por parte de la celadora identificada. Pasó la noche esposada, alterada y pidiendo a los gritos salir de ese calabozo estrecho. La guardia de apellido Barreto –según el informe– incluso le habría negado la posibilidad de ir al baño y le dijo que hiciera sus necesidades en el piso de la celda. En horas de la madrugada, una guardia le proveyó una pastilla de “clonazepam” (tranqulizante) y luego le quitó las esposas.

El sector de aislamiento se compone por tres celdas: la del medio es la más compacta, donde fue metida A.A.M. En uno de los extremos se encontraba otra interna, quien, de acuerdo a los datos obtenidos, fue destinada a “aislamiento sanitario” por heridas que tenía en las piernas a causa de forunculosis, un problema en la piel. Consideran algo contagioso, por lo que fue separada del resto de la población penitenciaria.

Su ocasional vecina le comentó que antes del incidente había ingerido crack y pastillas controladas en forma alternada en pleno proceso de desintoxicación. Le manifestó que lamentaba lo que ocurrió en el patio.

En horas de la tarde, A.A.M. recibió la visita de tres compañeras y pudo salir un momento de la celda; sin embargo, estas tres mujeres le habían facilitado crack –cantidad desconocida– y un encendedor para poder consumir en su aislamiento. Luego recibió una porción de ensalada de frutas, en la que sus compañeras escondieron otra cantidad de crack.

Cerca de las 19:00 y tras presumiblemente haber ingerido las dosis de droga, la joven volvió a entrar en estado de alteración. Exigía pastillas para dormir, pero ninguna guardia se acercaba al sector. Su vecina vio el momento justo en que encendía una cajetilla de cigarrillo con el encendedor y lo arrojó al colchón, que pronto empezó a arder.

La encargada del sector no se encontraba en su sitio; dos guardias más intentaron apagar el fuego con extintores, pero no contaban con la llave para liberarla. Cuando por fin pudieron abrir el candado, trasladaron a la interna al Centro Nacional del Quemado, donde fue ingresada a terapia intensiva. Sufrió quemaduras profundas de segundo y tercer grado en el 70% de su cuerpo y lesiones en las vías respiratorias por inhalación de humo, según el parte médico.

Según los comisionados del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), A.A.M. no fue examinada por médicos ni el personal de enfermería del penal antes ni durante su aislamiento, pese a la condición en la que se encontraba, lo que viola el protocolo de seguridad, que debe garantizar su integridad y su vida. Además, el MNP ya recomendó tiempo atrás la clausura del sitio en el que fue confinada, por no reunir los estándares mínimos para albergar a una persona.

Al respecto, la comisionada Diana Vargas dijo a ABC Color que se debe apuntar a fortalecer medidas para que se reduzca significativamente el ingreso de sustancias ilícitas, como el crack, en los recintos penitenciarios. “La adicción al crack es un flagelo, y los guardias no tienen herramientas. Situaciones como estas se manejan con violencia y encierro”, lo que a su vez propician hechos como este.

Si bien resalta que el Ministerio de Justicia reforzó el personal de blanco en las penitenciarías, episodios como estos no son abordados por especialistas, sino que son controlados por los guardias, “que recurren al uso excesivo de la fuerza y las arbitrariedades”. Además, este hecho pone al descubierto la gran cantidad de drogas que se filtran en el penal.

Luego del incendio, el MNP emitió una serie de recomendaciones a las autoridades, entre las que se incluyen –nuevamente– la clausura del sector denominado “cuadrilátero”, y que las demás celdas de aislamiento sean mantenidas en condiciones, se abra un sumario para determinar las responsabilidades, entre otros.

También se trabajará en un protocolo de actuación para todo el personal, con el fin de establecer un estándar de reacción ante episodios de violencia con internas bajo los efectos de drogas.

 

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