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La víctima fue identificada como Valeria Aquino de 35 años, quien recibió un disparo de arma de fuego, presumiblemente revólver calibre 22, en la espalda lado derecho con orificio de entrada.
Está sindicado como supuesto autor del hecho su exconcubino individualizado como Héctor Flores Vázquez, de 40 años, funcionario público del Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Mtess), domiciliado en la Compañía Cerro Verá. El hecho fue denunciado a la comisaría local por su hijo, Luis Miguel Torales Aquino, de 21 años, quien solicitó la presencia policial para auxiliar a su madre. El hombre habría llegado aproximadamente a la medianoche en estado etílico, según el testimonio.
La mujer, quien tiene tres hijos, fue trasladada hasta el Centro de Salud local donde recibió la asistencia y luego fue derivada al Hospital Regional de Paraguarí, donde la estabilizaron. Sin embargo, según el informe médico, la bala quedó en un lugar delicado y por el momento no será intervenida quirúrgicamente. "De acuerdo a la evolución y con el tiempo se puede realizar la extracción del proyectil", manifestó el director del Hospital, Dr. Lucas Barrios. La mujer se encuentra estable, en observación, tiene un tubo de drenaje de líquido de los pulmones y se va estar evaluando permanentemente, refirió el galeno.
El funcionario del Ministerio el Trabajo es conocido por su prepotencia en el vecindario. Tenía restricciones para acercarse a la mujer debido a una denuncia por violencia familiar, según manifestaron los vecinos, quienes prefirieron el anonimato por temor a represalias, ya que el procesado tendría protección de políticos de la zona.
La mujer es viuda y los tres hijos son de su exesposo. Dicha situación habría sido siempre el motivo de discordia en la pareja, porque el ahora prófugo de la justicia llegaba ebrio y la golpeaba. Cansada de esa situación, lo había denunciado y tenía prohibición de acercarse al hogar, pero dicha restricción nunca fue respetada. Para solventar los gastos de su hogar, la mujer trabajaba de moza en un conocido restaurante de esta comunidad. Quienes la conocen lamentan que deba sobrellevar una pesadilla, sin tener garantías de que la restricción para protegerla, tras su denuncia, sea efectiva.