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La gente comenzó a llegar desde el viernes hasta el campo situado en la ciudad de Luque y la concurrencia estimada a estas horas en que se desarrolla la misa central ronda el millón, cifra esperada por los responsables de la cobertura de salud.
Esto, sin dudas, ha hecho que se extremen los recursos humanos, tanto de personal de blanco como de servidores. Cada tanto, una persona debe ser asistida por molestias varias y retirada para una mejor atención; de igual manera, personal de la Essap reparte agua al público, informó Kike Sosa, periodista de ABC Color.
Los problemas más comúnes tienen que ver con la descompensación y lesiones a causa de la larga caminata y también la gran cantidad de barro en el lugar. Los servidores y gente de la Cruz Roja se dedican a retirar a quienes se encuentran en mal estado; los que pueden se retiran a pie y los que no, en camillas.
Por otro lado, se reportan quejas en varios sectores porque las pantallas gigantes del escenario no muestran la misa sino la traduccion en lenguaje de señas