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Hoy es el cuarto día de novenario en homenaje a la Virgen de Caacupé. El tema fue: “La pobreza, obediencia y castidad como radicalización del bautismo”. Presidió la celebración religiosa monseñor Joaquín Robledo, obispo de Carapeguá, quien habló principalmente durante su prédica acerca de las vocaciones religiosas y de las injusticias sociales, relacionando ambos temas al decir que los dedicados a la vida consagrada tienen un llamado para luchar contra las situaciones que van “en contra del proyecto de Dios” y que “golpean al ser humano de forma grave”.
“Nosotros fuimos llamados por Dios para realizar ese proyecto que nos ha confiado”, manifestó el religioso. En ese sentido, agregó que el llamado es “sembrar el mensaje del evangelio en este mundo alejado de las raíces cristianas. Hay que remar contracorriente para que ese reinado de Dios pueda manifestarse en la vida, en la historia. Se abraza libremente, es un don del Espíritu Santo”, expresó Robledo. Este compromiso implica “dejar muchas cosas”, resaltó.