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“Evidentemente no fueron sustraídos todos de una sola vez, sino que se venía realizando de forma sistemática. Inclusive, estoy aguardando los resultados de los análisis técnicos; se podría decir que esas armas eran desarmadas, se retiraban y se cambiaban también desarmadas, y se podrían haber armado ahí”, destacó el fiscal Federico Delfino esta mañana respecto a los 42 fusiles de guerra que fueron robados.
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El fiscal incautó una serie de documentos de remisión de esas armas, de distintas dependencias policiales y los libros de entrada, a fin de dilucidar el hecho. Criminalistica ya inició los trabajos técnicos de las armas que serían falsas, comparándolas con las "originales".
“No podemos hablar de una organización pero sí de un esquema y que justamente a través de eso y con la complejidad de la cual nos encontramos estamos solicitando el concurso de más agentes fiscales”, destacó el fiscal.
Los dos fiscales que fueron requeridos para colaborar con la investigación serían Alicia Sapriza y Hugo Volpe, informó la periodista de ABC Cardinal, Mili Aguayo.
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Delfino detalló además que, de acuerdo a las documentaciones que se encuentran analizando, las armas pertenecían a jefaturas departamentales principalmente de Paraguarí y Coordillera. El robo se habría producido entre el año 2012 hasta setiembre del año pasado, teniendo en cuenta los registros.
En total, 42 fusiles de guerra estaban resguardados en el Departamento de Armamentos y Municiones de la Policía Nacional, ubicado en el Kilómetro 21 de la Ruta 1 “Mcal. Francisco Solano López”, ciudad de Capiatá. La semana pasada se descubrió que las armas fueron reemplazadas por réplicas de juguete.
El comandante de la Policía Nacional destituyó por este hecho al jefe del Departamento de Armas y Municiones, comisario principal José Benjamín Segovia Cáceres.